No hay que insistir en que los actos de ambos palestinos pueden considerarse terrorismo pues nada justifica querer matar a otra persona (ni incluso la exterminación que está sufriendo el pueblo palestino). Por ello mismo resulta tan escandaloso a mis ojos la ejecución de esa persona desarmada y previamente neutralizada. Es una ejecución sin juicio previo que atenta contra toda idea básica de respeto a los derechos humanos.
Bárbaro el palestino que mata o intenta matar, bárbaro el israelí que ejecuta e impone la ley del talión sin más. Bárbaros los medios de comunicación que usan un doble lenguaje: lo que hacen los palestinos es terrorismo, lo que hacen los civiles o militares no.
No es nuevo, pero no deja de sorprender a cualquier persona medianamente sensible ese trato tan desigual y preferente por un estado, Israel, que se caracteriza por reírse de los derechos humanos y que no cumple ninguna de las múltiples resoluciones en su contra del consejo de seguridad de la ONU.
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