Estos inmigrantes, unos 40 que llevaban casi 3 años en Melilla, habían llegado a un acuerdo con el Delegado del Gobierno (después de una huelga de hambre realizada en Febrero) por el que se comprometía a enviarlos a la península poco a poco, pero no ha cumplido y ahora los capturan para deportarlos. Durante el mandato de este delegado del Gobierno también se produjeron las masacres en la frontera de Melilla de 2005.
Otro ejemplo más de cómo el occidente enriquecido trata a los que después de endeudarse y endeudar a sus familias viajan tan lejos en busca de un mísero trabajo que les permita vivir y enviar dinero a sus familias.
Es también un ejemplo de cómo los medios de comunicación y los políticos callan ante estas situaciones (¿será por que en el fondo están de acuerdo?).
También muestra que este Gobierno tiene dos caras con la inmigración: regularizaciones por un lado y expulsiones y persecuciones por otra.
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