De ahí que estemos muy atentos a las generales norteamericanas. Más allá del indudable espectáculo mediático (y casi cinematográfico) de las primarias, me parece obvio que Mc Cain representa el continuismo (que significa que "continúa lo mismo") -baste ver su segunda de a bordo, absoluta reaccionaria que convertiría en liberal al mismísimo Opus Dei, y de la que ya se venden en Internet muñecas en tres formatos, con una lamentable y preocupante acogida de las masas-, y Obama significa el cambio, la posibilidad de lo nuevo, el atisbo de cualquier posible esperanza.
Pero quiero llamar la atención sobre el hecho de que el gobierno actual sea republicano y sobre la incidencia de ello en las posibilidades de ganar de Obama. ¿Tiene realmente dichas posibilidades? Que ganase me haría recuperar (algo, no todo -no hay que pecar de ingenuos-) mi poca fe en el sistema norteamericano. Pero me echo a temblar cuando recuerdo las trampas (absolutamente ilegales y sin consecuencia jurídica ni penal alguna) que hizo Bush Jr para ganar el "gobierno del mundo" y su anuncio para contratar periodistas que se prestasen a mentir para servir a sus intereses (aunque no le hiciesen ni falta, pues ya contó con ayudas de dirigentes foráneos como Aznar).
No hay transparencia, se controlan y se manipulan los medios de comunicación, se coartan y coaptan a todos los posibles opositores, se les espía, se sacan a la luz sus trapos sucios del pasado, se exacerban los más básicos instintos primarios de la América profunda, los máximos mandatarios del "inexistente" Club Bilderberg trabajan (en la sombra) a favor del continuismo (eso sí, intentándolo extremar hacia los límites, casi inimaginables, del neoliberalismo más feroz). En pocas palabras, tenemos la historia de EEUU en sus últimos... ¿quinientos años?
Por eso, tengo pocas esperanzas de que gane el candidato del cambio, de la mejora o, incluso, de la posible transformación. Todos los engranajes del sistema (legales e ilegales) están trabajando a destajo para que no ocurra. Pero, ¿y si hay algún fallo inconcebible del sistema y gana Obama? ¿Qué margen de maniobra le quedaría con las actuales reglas del juego? ¿Se atrevería él a cambiar dichas reglas? ¿Podría, en caso de que lo intentase?
Y, si lo consiguiese, ¿cuánto tardaríamos en volver a ver la reaparición de algún descendiente de cualquier Lee Harry Oswald, y la reedición de otro JFK, igual de extraño e igual de irresoluble?
Por todo ello, y porque no recuerdo (en los últimos muchísimos años) un candidato como Obama, creo que en estas elecciones nos jugamos algo más que la futura marcha de Wall Street: pueden estar en juego las mismas bases de la democracia a escala planetaria y el futuro de los Derechos Humanos.
Pero si gana el candidato republicano (lo que creo aunque no deseo), darán igual las elecciones en el resto del mundo. Y mis conciudadanos seguirán haciendo la pantomima de seguirle el juego. Pero veremos con claridad cómo se actualiza aquel viejo dicho:
"Si votar sirviera para cambiar las cosas, ya lo habrían prohibido".
2 comentarios:
felicidades!!!!gran reflexión sobre lo que nos jugamos con unas elecciones que, aunque hayan sido y esten siendo muy mediáticas,creoque no se le esta dando la importancia que deberia y no pasa de ser un realityshow.
me yamaram optimista e incluso un poco ilusa pero creo que estas son las elecciones del cambio, las elecciones de la esperanza de que las cosas pueden cambiar...las elecciones de obama
o por lo menos eso espero...
Muchas gracias, Safeza: ojalá lleves razón y se cumplan tus augurios.
ENFOCA Y VENTE CONMIGO
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