En pocos días, gobiernos de todo el mundo discutirán si tapan el agujero de un billón de dólares generado por la evasión de impuestos de las grandes compañías -- ¡y así poder recaudar suficiente dinero como para acabar con la pobreza, duplicar las inversiones en energías limpias y escolarizar a cada niño del planeta! La mayoría de los países quiere que las multinacionales paguen sus impuestos, pero EE.UU y Canadá no quieren mojarse. Para lograr un acuerdo, necesitamos que estos gobiernos sientan la presión pública.
Un billón de dólares es más de lo que supone el gasto total mundial en armamento, y es más grande que los presupuestos de 176 países. Repartido equitativamente, estaríamos hablando de unos 1.000 dólares por cada familia del planeta. Y aunque parezca imposible de creer, es el monto que anualmente evaden las compañías más grandes del mundo en impuestos.
No debería existir ni una duda al respecto. En un momento de dolorosísimos recortes y máximo endeudamiento, basta con que las empresas paguen lo que deben para que nuestras finanzas públicas recuperen su brío. Pero poderosas compañías de EE.UU. están presionando con toda sus fuerzas para proteger sus tramposas prácticas. Una masiva campaña ciudadana ayudará a aislar a Obama y Harper, y forzarles a rendir cuentas, en un momento en el que podrían ceder a la tentación de alinearse con los corruptos y bloquear este gigantesco avance para el planeta. Cuando reunamos un millón de voces, entregaremos nuestro mensaje a los líderes y a los medios en plenas negociaciones. Firma ya:
Apple, una de las empresas más ricas del mundo, pagó básicamente 0 impuestos a pesar de obtener 78 miles de millones de dólares de beneficio. ¿Cómo? Escudándose en compañías ficticias en paraísos fiscales y desviando sus beneficios al extranjero.Este tipo de evasión fiscal global concede a las corporaciones internacionales claras ventajas sobre las pequeñas compañías domésticas. Es dañino para la democracia, y para la salud y la estabilidad de nuestra economía de mercado.
Pero en pocos días, algunos gobiernos pondrán sobre la mesa un plan para impedir que empresas y particulares evadan impuestos fácilmente, escondiendo su dinero en el extranjero y en paraísos fiscales. El plan exigiría que los países compartan información para identificar dónde se esconde el dinero y requerirá que las "compañías falsas" revelen quién mueve sus hilos. Si las conversaciones preliminares van bien durante esta semana, el G8 podría llegar a un acuerdo a final de mes.
En tiempos difíciles, cuando los gobiernos de todo el mundo están recortando el gasto en partidas sociales prioritarias, es especialmente doloroso que los más ricos eviten pagar lo que les corresponde -- en una crisis ya empeorada por el impacto de las tremendas sumas de dinero desembolsadas por los gobiernos para rescatar a los bancos que pertenecen al mismo círculo de personas. Parece que los gobiernos se están poniendo serios tratando de tapar los agujeros de nuestras finanzas, pero Estados Unidos y Canadá están cayendo poco a poco en la manos de los lobbies corporativos más poderosos.
Una petición ciudadana masiva que acapare la atención de los medios ayudaría a sacar a la luz los países que se oponen, y a convertir esa información en un asunto político con el que Obama y Harper tendrían que lidiar. Una llamada potente de los ciudadanos de todo el planeta que exija que se impulse nuestra economía en lugar de preservar los agujeros por los que se escurre el dinero, ayudará además a nuestros líderes a conectar con el sentido común y con su conciencia. No podemos permitir que los lobbies ganen esta batalla en la sombra, llevemos la luz de la atención pública hacia esta decisión clave para nuestro planeta.
Cada semana nuestra comunidad se esfuerza, y a menudo gana batallas que tienen que ver con la conservación del medio ambiente, la democracia y los derechos humanos. Algunas decisiones tienen el poder de influir en las vidas de miles de personas en un segundo, incluso previniendo algunos problemas antes de que sucedan. 1 billón de dólares en dinero público supondría una enorme diferencia en la vida de millones de niños que podrían ir a la escuela, así como para salvar vidas, promover iniciativas de paz, proteger nuestro medio ambiente, y mucho más. Por todas aquellas batallas que quizá no tengamos que pelear en el futuro, consigamos esta victoria.
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