Todo empezó hace poco menos de medio año con la recusación, por parte del Partido Popular, de Pérez Tremps. Hace unos días, en una decisión sin precentes, el propio Gobierno de España planteó la recusación de los jueces Jorge Rodríguez-Zapata y Roberto García-Calvo. Ahora el Partido Popular contraataca solicitando, presumiblemente hoy, la recusación de otros tres magistrados.Lo peor no es la situación de bloqueo en la que dejarán al tribunal constitucional, si todas estas recusaciones prosperan. Lo verdaderamente grave es la sensación que dejan en el ciudadano de que la justicia no es, en absoluto, independiente. Y esto lo hacen el PP y un gobierno del PSOE, los dos partidos "constitucionalistas", según ellos.
Cualquier ataque o intromisión política en el Poder Judicial es un ataque a la democracia constitucional.
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