En este contexto, tales bancos le están negando créditos hasta a los grandes empresarios (lo cual asusta aún más).
De fondo, los economistas siguen rizando el rizo de los análisis: que si la explosión de la burbuja inmobiliaria, que si la subida de los hidrocarburos, que si la irresponsabilidad de Aznar (en su descontrol del Banco de España cuando gobernó), que si la ineficacia de Zapatero para encauzar la situación, etc, etc, etc. Solbes aporta su granito de arena afirmando que "se trata de la crisis más compleja de nuestra historia".
Pero no oigo ni leo absolutamente a nadie (que no sea Juan Torres o algún otro economista marginal, fuera, por supuesto, del escenario mediático) explicar que el problema es de sistema económico: el neoliberalismo. Pues el hecho de que los grandes bancos sigan ganando pingües beneficios muestra que la causa hay que buscarla en el modelo (y no en posibles desvaríos o desajustes del mismo).
A todo esto, hay que añadir que tal crisis aún no ha provocado hambre de verdad en España: lo que la gente nota es que tiene que reducir su nivel de consumismo (al que ya se ha acostumbrado -truco del sistema-), motivo más que suficiente para mandar al banquillo a cualquier gobierno y sacar a la cancha a la oposición. Pues cuando se trata del consumismo, se acabaron las ideologías, los valores y las religiones. Money is money.
ZP ha tenido la mala suerte de estar en el sitio equivocado en el momento equivocado. Y, como dice José Joaquín León en el "Diario de Cádiz", Rajoy debe estar pensando en su intimidad: "Menos mal que no gané las elecciones".
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