Enrique Aguiló, de origen mallorquino, residía en Sevilla junto a su familia. Fue misionero en Chile, como hermano de las Escuelas Cristianas (La Salle). Allí fue torturado por la dictadura de Pinochet.
Fue director del Centro de Estudios Teológicos para Seglares de Sevilla, donde también fue profesor hasta el curso pasado. Para alegría de algunos ultra-conservadores sevillanos (aquí y aquí).
También era miembro de la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Lo cual valió las críticas de los cobardes que no se atrevían a criticar directamente al cardenal Carlos Amigo (aquí y aquí).
Pero sobre todo Enrique era un gran profesor y un magnífico psicólogo. También era todo sentido del humor, como nos recuerda su amigo Teodoro-Gallo en La Coctelera.
Descanse en paz, Enrique Aguiló. La Iglesia de Sevilla llora su pérdida.
2 comentarios:
Una mala noticia para los cristianos consecuentes.
Gracias Félix. Hoy leo en el blog La cigüeña de la torre un artículo cargado de impiedad. Comienza diciendo "No entro en el dolor de sus amigos y familiares", pero entra como un elefante en una cacharrería.
¡Qué falta de caridad! ¡Cuán lejos de Cristo están estos talibanes del cristianismo!
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