"Aunque gran parte del vandalismo de estas horas en Londres no es político ni defendible, las revueltas son la cara previsible de las políticas de austeridad. Para poder prever este tipo de acontecimientos, sin embargo, hay que tener memoria: memoria de la historia de la humanidad, memoria de los eventos y dinámicas sociales, felices y desgraciadas, que nos han llevado hasta aquí. Para gestionar la crisis hay que saber que aparte de políticos y mercados, en este mundo hay gente. Gente que, mira tú por donde, dice basta. Y, en ausencia de esperanza, en ausencia de proyecto colectivo, en la ausencia de un relato compartido de construcción de un futuro mejor, la rabia y la destrucción actúan como única catarsis posible. Quién no tiene nada que perder, no pierde nada saltándose todas las normas".
Gemma Galdón Clavet en su artículo "London's Burning", Público.
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