En el Líbano es lamentable la situación de maltrato de criadas provenientes de Etiopía, Sri Lanka o Filipinas, que en algunos casos les lleva al extremo del suicidio al no encontrar salida a su situación: sin dinero y sin papeles solo pueden optar por seguir como están o la cárcel.
Aunque las ONGs locales han realizado numerosas campañas de concienciación, los problemas políticos hacen que pasen casi desapercibidas.
Otro caso de falta de respeto a los derechos humanos por parte de energúmenos que no tienen escrúpulos en pisotear a personas desvalidas.
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