7 de septiembre de 2011

La banca ética despega al calor de la crisis financiera

La crisis financiera y sus excesos han generado un caldo de cultivo en el que han germinado iniciativas que intentan dar un vuelco al sector bancario, o al menos aportar una mirada diferente con cierto poso moral. Entre ellas, la banca ética saca pecho con cifras que avalan un crecimiento sostenido de clientes. Al abrigo de movimientos como el 15-M, con miles de indignados buscando alternativas a una banca tradicional que rechazan, estas entidades han sumado más clientes que nunca y su crecimiento, aunque limitado, es constante.

La banca ética, compuesta por apenas cinco entidades y algo más de 50.000 clientes, defiende una total transparencia, que solo invierte en economía real y financia proyectos vinculados a sectores como las energías renovables o la agricultura ecológica, y toma la justicia social como su particular Biblia.

"Miré la lista de empresas en las que invertía y ninguna me gustaba. Fue muy placentero decirle a mi entidad que quería retirar todos mis depósitos en Bolsa. Luego tienes la conciencia mucho más tranquila porque tu dinero pasa un filtro ético", relata Víctor Maeso, cooperativista de Manresa (Barcelona).

Triodos Bank atesora el grueso de los clientes de banca ética en España (45.000) y el año pasado creció un 60%. Desde mayo, la entidad afirma haber sumado 9.000 nuevos clientes gracias a una visibilidad en los medios amplificada por el 15-M. El banco, que nació en Holanda hace 30 años y posee en todo el mundo más de 300.000 clientes, presume de la fidelidad de sus usuarios y la experiencia que atesora. "No es lo mismo invertir en renovables que en nucleares, en agricultura ecológica que en transgénicos, en comercio justo y cooperación al desarrollo que en negocios contra los derechos humanos", afirma Esteban Barroso, director general de Triodos.

"Hace años la gente nos equiparaba con las cajas de ahorro, y eso ha caído por los suelos. Ahora las cajas promueven la banca cívica porque el cliente ya no se cree que beneficia a la sociedad", expone crítico Juan Garibi, de la fundación Fiare, que cuenta con 30 millones de volumen de negocio y 1.600 clientes. Fiare ha multiplicado por dos el volumen de negocio y por tres los clientes en dos años.

Los indignados apoyan la banca, pero con la boca pequeña: "La vemos como una alternativa a la banca privada tradicional. Pero es una opción a corto plazo. Nosotros abogamos por la banca pública, que también sería ética", propone Alberto Garzón, del consejo científico de Attac España, un movimiento integrado en el 15-M.


(Javier Martín-Arroyo. El País)

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