Imaginen un padre de familia que gana 2500 euros al mes con dos pagas extra de la misma cuantía (buen sueldo, ¿no?). O imagina que son dos familias, con catorce pagas por la mitad (1250 euros al mes). Lo que hubiese ganado cualquiera de esas tres familias en un año, es lo que nos ha costado a los españoles que pagamos impuestos, la excursión del rey, para cazar elefantitos.
Sí, es el mismo rey que, dirigiéndose a los españoles, nos dijo que "teníamos que hacer un sacrificio para salir de la crisis". Ya vemos los sacrificios que hace él. Para mí, es un inmoral.
Nosotros sacrificamos nuestro salario, nuestros empleos, nuestro dinero, nuestra hipoteca, nuestro tiempo, nuestros hijos, y él sacrifica...un elefante. Cosas de la sangre azul, porque no vamos a ser todos iguales, como si fuésemos demócratas, ¿verdad?
Pero, ¡Claro! ¡Ha pedido perdón! Pues ya no hay problema. Portada de ABC de ayer: "La humildad del Rey". Portada de El Mundo de ayer: "Cuando reinar es pedir perdón". Más la propaganda apestosa de radio COPE ayer por la mañana (la de los obispos) diciendo que "el Rey es un ejemplo con su humilde gesto". Así está España.
¿Puede Vd pedir perdón por el error cometido con el coche (por ejemplo, no haber visto la señal de "prohibido aparcar") y le perdonan la multa? Pues eso. El rey pide perdón y ya está. Lo que no le permitiríamos a ningún político. ¡No puede ser tan fácil! Y encima se le aplaude. ¡Qué humilde!
Es lo que tiene distinguir en la sociedad dos tipos de sangre: la azul y luego está la de los demás, la de la masa prescindibe, los que madrugamos, cogemos el metro, aguantamos al jefe y después pagamos impuestos para que el monarca se vaya de excursión a matar animales en extinción. Pero ¡qué humilde es el Rey!
Se llama Españññññaaaaaa.
Sí, es el mismo rey que, dirigiéndose a los españoles, nos dijo que "teníamos que hacer un sacrificio para salir de la crisis". Ya vemos los sacrificios que hace él. Para mí, es un inmoral.
Nosotros sacrificamos nuestro salario, nuestros empleos, nuestro dinero, nuestra hipoteca, nuestro tiempo, nuestros hijos, y él sacrifica...un elefante. Cosas de la sangre azul, porque no vamos a ser todos iguales, como si fuésemos demócratas, ¿verdad?
Pero, ¡Claro! ¡Ha pedido perdón! Pues ya no hay problema. Portada de ABC de ayer: "La humildad del Rey". Portada de El Mundo de ayer: "Cuando reinar es pedir perdón". Más la propaganda apestosa de radio COPE ayer por la mañana (la de los obispos) diciendo que "el Rey es un ejemplo con su humilde gesto". Así está España.
¿Puede Vd pedir perdón por el error cometido con el coche (por ejemplo, no haber visto la señal de "prohibido aparcar") y le perdonan la multa? Pues eso. El rey pide perdón y ya está. Lo que no le permitiríamos a ningún político. ¡No puede ser tan fácil! Y encima se le aplaude. ¡Qué humilde!
Es lo que tiene distinguir en la sociedad dos tipos de sangre: la azul y luego está la de los demás, la de la masa prescindibe, los que madrugamos, cogemos el metro, aguantamos al jefe y después pagamos impuestos para que el monarca se vaya de excursión a matar animales en extinción. Pero ¡qué humilde es el Rey!
Se llama Españññññaaaaaa.
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