Sorprendidos están, porque nadie lo
esperaba y, anunciado, casi nadie lo ha celebrado. Fue en Oslo el 10 de
Diciembre. No hace un mes. Los señores de la troika europea conocen más que nadie que son artífices de un
megaproyecto neoliberal economicista, clasista, profundamente insolidario. No
han tenido que recurrir, para lograrlo, a tanques ni a bombas. A distancia, con
tableros de cálculo y superentrenados
tecnócratas, han puesto de rodillas a las veintisiete Democracias de la
eurozona y a sus representantes políticos.
Su objetivo es asegurar la desigualdad
y dominación, mediante élites que, fieles a su sistema, manejan los bienes y
derechos de los ciudadanos y anulan su
dignidad y libertad. Los dictadores miran complacidos cómo, sin disparar
un tiro, dominan multitudes que,
maltrechas, caminan aunque indignadas.
Las personas y los pueblos son, primero
de todo, para este sistema máquinas que
deben avanzar despreciando las chirriantes
piezas del amor y la justicia, de
la ética y la libertad, de la mística y trascendencia humanas.
El dios dinero, se les convierte en
poder, -egoísta, racista, nacionalista, hedonista- que suplanta al dios de la
dignidad humana con sus derechos y valores.
Por todo ello, por su victoria
incruenta frente a la vencida y postrada Europa democrática –justa y fraterna,
solidaria y libre- han recibido el Novel
de la Paz. ¡Enhorabuena y aplausos!
(Benjamín Forcano. Teólogo)
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