Salva & co.
Pasa pa'dentro
En mi humilde opinión, habría que inventar una palabra nueva para describir la televisión que nos "alumbra". La expresión "Tele-basura" hace tiempo que se queda corta, bien sea porque nos hemos habituado a ella o porque los programas emitidos han progresado en su nauseabunda degradación.
Nuestro cerebro está dotado de una admirable elasticidad y es capaz de desarrollar con rapidez la más cándida tolerancia a las modificaciones del entorno. Lo que en un primer momento nos puede provocar incomodidad, rechazo y repulsión, tras un cierto tiempo de acostumbramiento, llegaremos a recibirlo y asumirlo con total normalidad.
Las escenas de violencia, de guerra, de cuerpos mutilados, de horror y muerte que llenan nuestros noticiarios televisivos; las escenas con alto y vulgar contenido sexual explícito; los vergonzantes y zafios programas conocidos como "Reality Shows" en que, de manera cotidiana y descarada, se hace apología de la vulgaridad, ensalzamiento del amarillismo y encumbramiento de la "mala educación". Estos me motivan sobremanera.
No sólo se muestra en estos programas a personajes con escaso "brillito" mental, que gritan, se insultan, hacen aspavientos, se lanzan miradas letales, maltratan nuestra lengua y nuestra gramática y presumen de vulgaridad y horterismo... Además, se deja bien a las claras que aquellos cuya zafiedad y desvergüenza sea mayor, tendrán más minutos en pantalla, más colaboraciones en programas de la misma cadena y más éxito en general.
Todo esto sólo puede suceder por una dolorosa razón: lo vulgar gusta. Os aseguro que a mí, personalmene, ni lo más mínimo; pero al grueso de la población, no sólo le gusta, sino que le pirra.
Una conclusión a la que he llegado con respecto al mundo de la televisión es que "lo que no se ve, se quita y lo que está es porque se ve". Entiendo que la televisión vive de la publicidad (que pagamos todos, como parte del precio, al adquirir los productos anunciados) y esa publicidad se nos mete por los ojos mientras vemos nuestros programas favoritos. El objetivo de las cadenas es conseguir audiencia para su canal y para sus anunciantes, lo cual les reportará pingües beneficios.
La pregunta sería: ¿Es ético emitir programas con tales contenidos a sabiendas de que la audiencia general los devorará a pesar de que resulten perjudiciales para sus neuronas? ¿Actúa con ética el camello que, por su exclusivo beneficio, vende droga al yonky sabiendo que le destruirá inexorablemente?
Me deprime indescriptiblemente ver cómo aumenta el número de esos programas en las parrillas de los diferentes canales, cómo la zafiedad triunfa y lo vulgar se generaliza. Me entristece ver a jóvenes cuya máxima aspiración es conseguir ese minuto de gloria. Me asusta pensar en el efecto que todo esto puede causar en nuestros hijos y en su forma de ver el mundo. Me indigna que nustras autoridades permitan y amparen toda esta basura.
Del aquel rancio "pan y circo" hemos pasado a un moderno "basura sin pan". Oye, y tan contentos...
Por favor, dos ruegos (o consejos, según se mire), por vuestro bien:
Uno: No consumáis programas basura ni permitáis que vuestros hijos creen tolerancia hacia ellos. No dejéis que crezcan en la convicción de que "eso" es normal.
Dos: No tengáis la tele siempre encendida. Apagadla de vez en cuando. La sensación de placer es indescriptible. Poned música; esos viejos CDs que hace años que no escucháis. Bailad con vuestros hijos si los tenéis. Bailad con vuestra pareja. Bailad solos. Leed. Descansad.
Ya me contáis.
(Salva&Co en Pasa pa´dentro)
Pasa pa'dentro
En mi humilde opinión, habría que inventar una palabra nueva para describir la televisión que nos "alumbra". La expresión "Tele-basura" hace tiempo que se queda corta, bien sea porque nos hemos habituado a ella o porque los programas emitidos han progresado en su nauseabunda degradación.
Nuestro cerebro está dotado de una admirable elasticidad y es capaz de desarrollar con rapidez la más cándida tolerancia a las modificaciones del entorno. Lo que en un primer momento nos puede provocar incomodidad, rechazo y repulsión, tras un cierto tiempo de acostumbramiento, llegaremos a recibirlo y asumirlo con total normalidad.
Las escenas de violencia, de guerra, de cuerpos mutilados, de horror y muerte que llenan nuestros noticiarios televisivos; las escenas con alto y vulgar contenido sexual explícito; los vergonzantes y zafios programas conocidos como "Reality Shows" en que, de manera cotidiana y descarada, se hace apología de la vulgaridad, ensalzamiento del amarillismo y encumbramiento de la "mala educación". Estos me motivan sobremanera.
No sólo se muestra en estos programas a personajes con escaso "brillito" mental, que gritan, se insultan, hacen aspavientos, se lanzan miradas letales, maltratan nuestra lengua y nuestra gramática y presumen de vulgaridad y horterismo... Además, se deja bien a las claras que aquellos cuya zafiedad y desvergüenza sea mayor, tendrán más minutos en pantalla, más colaboraciones en programas de la misma cadena y más éxito en general.
Todo esto sólo puede suceder por una dolorosa razón: lo vulgar gusta. Os aseguro que a mí, personalmene, ni lo más mínimo; pero al grueso de la población, no sólo le gusta, sino que le pirra.
Una conclusión a la que he llegado con respecto al mundo de la televisión es que "lo que no se ve, se quita y lo que está es porque se ve". Entiendo que la televisión vive de la publicidad (que pagamos todos, como parte del precio, al adquirir los productos anunciados) y esa publicidad se nos mete por los ojos mientras vemos nuestros programas favoritos. El objetivo de las cadenas es conseguir audiencia para su canal y para sus anunciantes, lo cual les reportará pingües beneficios.
La pregunta sería: ¿Es ético emitir programas con tales contenidos a sabiendas de que la audiencia general los devorará a pesar de que resulten perjudiciales para sus neuronas? ¿Actúa con ética el camello que, por su exclusivo beneficio, vende droga al yonky sabiendo que le destruirá inexorablemente?
Me deprime indescriptiblemente ver cómo aumenta el número de esos programas en las parrillas de los diferentes canales, cómo la zafiedad triunfa y lo vulgar se generaliza. Me entristece ver a jóvenes cuya máxima aspiración es conseguir ese minuto de gloria. Me asusta pensar en el efecto que todo esto puede causar en nuestros hijos y en su forma de ver el mundo. Me indigna que nustras autoridades permitan y amparen toda esta basura.
Del aquel rancio "pan y circo" hemos pasado a un moderno "basura sin pan". Oye, y tan contentos...
Por favor, dos ruegos (o consejos, según se mire), por vuestro bien:
Uno: No consumáis programas basura ni permitáis que vuestros hijos creen tolerancia hacia ellos. No dejéis que crezcan en la convicción de que "eso" es normal.
Dos: No tengáis la tele siempre encendida. Apagadla de vez en cuando. La sensación de placer es indescriptible. Poned música; esos viejos CDs que hace años que no escucháis. Bailad con vuestros hijos si los tenéis. Bailad con vuestra pareja. Bailad solos. Leed. Descansad.
Ya me contáis.
(Salva&Co en Pasa pa´dentro)
2 comentarios:
Zorba y "Enfoca" en general. Me honra que un blog de tanta calidad haya tenido a bien publicar algo de mis ideas. Vuestro trabajo es buenísimo, ahora que he podido leer algo más. Espero que sigamos en contacto. Enhorabuena y gracias.
Un abrazo.
A Salva&amo;co:
Gracias a ti: todo lo que sea crítica y ayudar a hacer pensar; todo lo que promueva la indignación ante este sistema, será apoyado por nosotros.
Hagamos sinergia y ayudémosnos unos a otros.
Un abrazo muy fuerte
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