Desde Enfoca queremos animar a la lectura del magnífico texto "¡Indignaos! Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurección pacífica", de Stéphane Hessel, prologado por José Luis Sampedro.
Nuestro autor luchó en la resistencia francesa contra la ocupación nazi, fue hecho preso por Hitler (consiguiendo huir), luchó a favor de la independencia de Argelia, y lleva décadas luchando a favor de la autodeterminación palestina. Es decir, no hablamos de un simple teórico, sino de un auténtico luchador, un militante por las causas de la paz y la justicia que, desde la altura de sus más de noventa años, se dirige a la población actual, especialmente a la juventud, para espolearnos la mente y despabilarnos.
El textito (pues son sólo sesenta páginas) denuncia la voracidad de este imperialismo financiero neoliberal, al tiempo que advierte que la voracidad del capital no tiene límite y de que, si no despertamos y nos movemos, va a acabar por robarnos todo lo que la generación de Hessel luchó por y para nosotros. Yo me lo creo a pie juntillas y creo que hay que hacer algo YA.
Nuestro autor luchó en la resistencia francesa contra la ocupación nazi, fue hecho preso por Hitler (consiguiendo huir), luchó a favor de la independencia de Argelia, y lleva décadas luchando a favor de la autodeterminación palestina. Es decir, no hablamos de un simple teórico, sino de un auténtico luchador, un militante por las causas de la paz y la justicia que, desde la altura de sus más de noventa años, se dirige a la población actual, especialmente a la juventud, para espolearnos la mente y despabilarnos.
El textito (pues son sólo sesenta páginas) denuncia la voracidad de este imperialismo financiero neoliberal, al tiempo que advierte que la voracidad del capital no tiene límite y de que, si no despertamos y nos movemos, va a acabar por robarnos todo lo que la generación de Hessel luchó por y para nosotros. Yo me lo creo a pie juntillas y creo que hay que hacer algo YA.
El librito está editado por Ediciones Destino y cuesta 5 euros. Merece la pena, sin duda alguna, y animo a todo el mundo a leérselo y, sobre todo, a llevarlo a la práctica, a volver a recuperar lo que nos pertenece y, especialmente, la dignidad de ser pueblo sujeto y agente histórico, y no espectador pasivo y victimista de este sistema criminal, que sigue atacándonos con la aquiescencia de todos los gobiernos, incluído (cómo no) el nuestro "socialista".
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