Alberto Almansa
Si usted va a venir a Córdoba y piensa ver el espectáculo audiovisual de la Mezquita, sepa que le van a dar una catequesis cristiana pagada con dinero público. Cien millones de pesetas, o 600 mil euros ha costado la pastoral impuesta por la Iglesia Católica. El guión original del montaje ha sido censurado por la diócesis, gobernada ahora por un componente de la Congregación Cristiana para la Doctrina de la Fe ( Ex Santo Oficio de la Inquisición ), quien recientemente ha abogado por suprimir de la Historia la Mezquita y dejarla en Catedral católica.
Una censura consentida y pagada por nuestros representantes públicos, que sonrientes aplaudían el cuentecito al que vinieron los príncipes para darle valor “Real”, que no científico a la cosa. De hecho, los investigadores que la han visto coinciden: “el audiovisual ningunea la historia del monumento”, la nuestra. Obvia el período de Al-Andalus y se refiere de pasada al eje central de la visita: el templo árabe. Los curas, que se especializaron en colegios y universidades para usarlas en pro del adoctrinamiento y la fe, hacen pedagogía cristiana, tal como ya dijo el actual Arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo.
No tienen el más mínimo rubor en jactarse del empeño, mientras las autoridades que gestionan los recursos públicos ceden al chantaje, aceptan la manipulación de la Historia y además les dejan a la Iglesia toda la recaudación que genera la visita nocturna, amén de la entrada convencional. El cepillo de toda la vida. Lamento que el poder civil, de nuevo, hinque las rodillas ante el clero intolerante que juega además a la contra no sólo de la Historia, sino del Progreso, de la Cultura y del 2016.
Así es que si la UNESCO, pongo por caso, le da por revisar el panfletito audiovisual y elabora un informe sobre la eliminación de todo lo árabe del monumento, flipa con el canto gregoriano que ilustra el montaje, alucina con las mentiras piadosas que se cuentan y reseña los silencios de la guía, del único esplendor que Córdoba ha tenido a lo largo de la historia, apañaos van los que vienen gastando la biblia en verso en la Capitalidad. De manera que la literatura que soporta la candidatura al 16, la tolerancia, el respeto, la interculturalidad, la convivencia, las tres culturas, el ecumenismo, el diálogo, la alianza de las civilizaciones y eso, sería papel mojado si, como digo, se emite un documento en el que se titule que ” la actitud de las autoridades cordobesas de mantener una posición hegemónica de la Iglesia Católica, en el principal aval de la aspiración/16, se ve reflejado en la imagen que se proyecta en las visitas nocturnas, desaconseja el respaldo a que Córdoba sea sede de la Cultura en la Europa del 2016”. Imagínate.
La sumisión de la izquierda cordobesa, Psoe e IU, al oscuro y tenebroso mundo de la sotana y la tirilla es sonrojante. Lo peor, además, es que la postración la hagan contra la propia Historia y sus protagonistas y con fondos públicos. Pobres los turistas que vengan a la luz de la mentira a la Mezquita y sean doblemente estafados: el fraude del guión descrito y las tres mil pelas que encima les cuesta, destinadas a mantener esta nueva Inquisición que ha desatado la Iglesia Católica contra la razón y la cultura. Como siempre, ya te digo.
Si usted va a venir a Córdoba y piensa ver el espectáculo audiovisual de la Mezquita, sepa que le van a dar una catequesis cristiana pagada con dinero público. Cien millones de pesetas, o 600 mil euros ha costado la pastoral impuesta por la Iglesia Católica. El guión original del montaje ha sido censurado por la diócesis, gobernada ahora por un componente de la Congregación Cristiana para la Doctrina de la Fe ( Ex Santo Oficio de la Inquisición ), quien recientemente ha abogado por suprimir de la Historia la Mezquita y dejarla en Catedral católica.
Una censura consentida y pagada por nuestros representantes públicos, que sonrientes aplaudían el cuentecito al que vinieron los príncipes para darle valor “Real”, que no científico a la cosa. De hecho, los investigadores que la han visto coinciden: “el audiovisual ningunea la historia del monumento”, la nuestra. Obvia el período de Al-Andalus y se refiere de pasada al eje central de la visita: el templo árabe. Los curas, que se especializaron en colegios y universidades para usarlas en pro del adoctrinamiento y la fe, hacen pedagogía cristiana, tal como ya dijo el actual Arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo.
No tienen el más mínimo rubor en jactarse del empeño, mientras las autoridades que gestionan los recursos públicos ceden al chantaje, aceptan la manipulación de la Historia y además les dejan a la Iglesia toda la recaudación que genera la visita nocturna, amén de la entrada convencional. El cepillo de toda la vida. Lamento que el poder civil, de nuevo, hinque las rodillas ante el clero intolerante que juega además a la contra no sólo de la Historia, sino del Progreso, de la Cultura y del 2016.
Así es que si la UNESCO, pongo por caso, le da por revisar el panfletito audiovisual y elabora un informe sobre la eliminación de todo lo árabe del monumento, flipa con el canto gregoriano que ilustra el montaje, alucina con las mentiras piadosas que se cuentan y reseña los silencios de la guía, del único esplendor que Córdoba ha tenido a lo largo de la historia, apañaos van los que vienen gastando la biblia en verso en la Capitalidad. De manera que la literatura que soporta la candidatura al 16, la tolerancia, el respeto, la interculturalidad, la convivencia, las tres culturas, el ecumenismo, el diálogo, la alianza de las civilizaciones y eso, sería papel mojado si, como digo, se emite un documento en el que se titule que ” la actitud de las autoridades cordobesas de mantener una posición hegemónica de la Iglesia Católica, en el principal aval de la aspiración/16, se ve reflejado en la imagen que se proyecta en las visitas nocturnas, desaconseja el respaldo a que Córdoba sea sede de la Cultura en la Europa del 2016”. Imagínate.
La sumisión de la izquierda cordobesa, Psoe e IU, al oscuro y tenebroso mundo de la sotana y la tirilla es sonrojante. Lo peor, además, es que la postración la hagan contra la propia Historia y sus protagonistas y con fondos públicos. Pobres los turistas que vengan a la luz de la mentira a la Mezquita y sean doblemente estafados: el fraude del guión descrito y las tres mil pelas que encima les cuesta, destinadas a mantener esta nueva Inquisición que ha desatado la Iglesia Católica contra la razón y la cultura. Como siempre, ya te digo.
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