Foto de Carlos López-Echeto |
La otra economía
Desde que comenzó la
crisis no hemos dejado de oír que España debe modificar su estructura
productiva, que debe buscar la salida de la crisis en la transformación
de su modelo productivo. Es más, alguno de los recortes sociales
aplicados han tenido como justificación su contribución a ese objetivo.
Baste recordar, por ejemplo, a Zapatero defendiendo la reforma laboral del año pasado diciendo que ésta estaba diseñada para contribuir al cambio en el modelo productivo. Todo parecía poco para conseguir ese tránsito.
Sin embargo, acabamos de saber que “el 12% de la riqueza ya procede del sol y playa” y todos tan contentos; dando gracias a dios por traernos el buen tiempo y al Papa y a las revoluciones árabes porque su revolucionario acceso a la democracia y las libertades ha espantado a su clientela habitual. Entre tanto, se perpetúa el modelo productivo al que nos condenaron el día en que se creó el euro y nuestros gobernantes decidieron no hacer nada para zafarse de ese destino. Del ladrillo al sol y a la cerveza fría servida por empleados de usar y tirar. ¡Que inventen otros!
Sin embargo, acabamos de saber que “el 12% de la riqueza ya procede del sol y playa” y todos tan contentos; dando gracias a dios por traernos el buen tiempo y al Papa y a las revoluciones árabes porque su revolucionario acceso a la democracia y las libertades ha espantado a su clientela habitual. Entre tanto, se perpetúa el modelo productivo al que nos condenaron el día en que se creó el euro y nuestros gobernantes decidieron no hacer nada para zafarse de ese destino. Del ladrillo al sol y a la cerveza fría servida por empleados de usar y tirar. ¡Que inventen otros!
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