18 de marzo de 2012

25M=28F

En las próximas elecciones andaluzas se decidirá el modelo territorial de Estado. Exactamente igual a como ocurrió el 28 de febrero de 1980. Andalucía alcanzó la autonomía haciendo honor a su himno: para sí y para los demás. Nosotros modernizamos el Estado rancio y centralista que nos obligaba a enviar cartas a Madrid cada vez que teníamos un problema con la salud, la justicia o la educación. Aquella fecha consolidó la conquista de la autonomía como solución política a los males endémicos de un modelo centralista que, en verdad, nunca lo ha sido. Los privilegios territoriales siempre existieron históricamente a modo de confrontación forzada a un centro imaginario. España es pluricéntrica desde que es Estado: Madrid. Cataluña y Euskadi. La adquisición de la máxima capacidad de obrar por Andalucía dinamitó este modelo que pervivía más o menos encubierto desde la conquista de al-Andalus. Fue una hazaña ciudadana, premeditada y peligrosamente olvidada en su dimensión más política. La única que merece la pena. Ahora la quieren enterrar. Y con ella, un modelo de Estado plural y solidario.

En las próximas elecciones andaluzas se decidirá el modelo económico de Estado. No se trata de un mero cambio de Gobierno. Recambio, por mejor decir. La libre elección de centros educativos, el copago sanitario, la supresión de empleos públicos y, sobre todo, esta infame reforma laboral, son señales inequívocas de un tsunami neoliberal que sólo ha servido en Europa para desmantelar el Estado Social que tanto esfuerzo nos costó conseguir. Quedarán en los libros de anticuario las normas laborales que protegían al trabajador con indemnizaciones de 45 días por año y con la garantía de un despido causal. Ya no. Las elecciones generales fueron el anticipo del desembarco de este modelo contra el que se blindaron todos los territorios periféricos de España menos Andalucía.

De ahí la importancia histórica de las próximas elecciones. Y esta vez, por favor, no quiero tener razón el lunes. Hay formaciones políticas que pretenden convertir el 25M en la cruz del 28F. Hablan de devolver competencias al Estado y eso es tanto como degradar al 143 la voluntad del pueblo andaluz que consiguió alzarse en solitario con el 151. Una línea roja infranqueable que al menos yo no permitiré que se cruce. Hablamos de una involución sin precedentes. La derogación de la épica. La negación de los fundamentos democráticos. Nuestro modelo territorial y económico fue aprobado en el Parlamento andaluz, el Congreso, el Senado y en referéndum. Y no podemos consentir que se derogue por simple decreto.

El argumento manoseado y falso que demoniza las autonomías, no se utiliza contra la verdadera razón de fondo del déficit económico y democrático que nos afecta: la culpa no es del coche sino de sus pilotos. Por supuesto que se debe modificar el modelo de financiación dependiente de las previsiones del Gobierno central y que ha superpuesto criterios dispares según el territorio. Pero de ahí a cambiar el modelo de Estado media un abismo intolerable. No hay peor recorte que quitarnos 32 años de historia.

(Antonio Manuel. eldiadecordoba.es)

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