A González-Pons, secretario de Comunicación del PP, se le fue la lengua cuando ironizó con malhumor sobre los jueces del Tribunal Constitucional. Sus declaraciones cruzaron al galope el paisaje electoral, como el caballo de Atila: "Con escolta y buen sueldo, es muy fácil decir que Batasuna se presente y quedar de demócrata mundial". Más que el desprecio descarado ante los procedimientos democráticos, algo que desdichadamente es más mundial que la democracia, al votante perplejo le sorprendió que hiciese aparecer en escena la cuestión de los sueldos. Es un asunto que el PP debería cuidar un poco, a no ser que considere que la capacidad intelectual de los españoles está bajo cero y que también puede aspirar a conseguir, junto a la derecha extrema, la derecha y el centro, el apoyo de los antisistema.
El votante perplejo sabe que no es justo ironizar con los salarios de los jueces y los políticos en un país como España, porque son muy humildes si se comparan con otros sueldos. Tenemos los ejecutivos mejor pagados de Europa. Según ha señalado Ignacio Escolar en su artículo recogido en el libro Reacciona (Aguilar, 2011), si nos fijamos en los consejeros delegados y otros altos ejecutivos de las principales empresas españolas, su sueldo medio es de 2,7 millones de euros anuales; es decir, 313 veces el salario mínimo.
Ese deporte nacional de meterse con los políticos porque chupan del bote y se hacen millonarios es una inclinación populista de la peor calaña, que resiste mal un análisis de la realidad. Dejando a un lado las avaricias de los corruptos, la función pública en España está pagada de forma muy discreta. Por eso no tiene pies ni cabeza aplicar la muletilla populista y desplazarla ahora de los políticos a los jueces.
Pero, además, al votante perplejo le extraña que eso se le ocurra al secretario de Comunicación del PP, el partido con los políticos mejor pagados. Todavía flota en la memoria la polémica sobre los ingresos de María Dolores de Cospedal, en la que confluyen, además de otras sorpresas de la vida, los sueldos públicos de secretaria general del PP, de senadora, y sus trienios como abogada del Estado.
Después de cobrar 240.737 euros en el 2009 (lo que significaba una subida de beneficios del30 %, justo igual que lo ocurrido en el último ejercicio de Telefónica), tuvo que apretarse el cinturón en nombre de la crisis y cobró 223.597 en el año 2010. No es que sea mucho si pensamos en los altos ejecutivos, pero llama la atención si se compara con el sueldo medio de los políticos y con la realidad laboral española, en la que, dentro del reino de los grandes afortunados con un puesto de trabajo, hay un 60% de mileuristas.
Cuando María Dolores de Cospedal recorre Castilla-La Mancha, los suyos la corean con el grito "¡Tu sí que vales, tú sí que vales!". Ella vale lo que nos cuesta a los contribuyentes. Ahora podemos entender mejor ese grito electoral. A González-Pons se le suelta demasiado la lengua.
(Luis García Montero. Publico)
El votante perplejo sabe que no es justo ironizar con los salarios de los jueces y los políticos en un país como España, porque son muy humildes si se comparan con otros sueldos. Tenemos los ejecutivos mejor pagados de Europa. Según ha señalado Ignacio Escolar en su artículo recogido en el libro Reacciona (Aguilar, 2011), si nos fijamos en los consejeros delegados y otros altos ejecutivos de las principales empresas españolas, su sueldo medio es de 2,7 millones de euros anuales; es decir, 313 veces el salario mínimo.
Ese deporte nacional de meterse con los políticos porque chupan del bote y se hacen millonarios es una inclinación populista de la peor calaña, que resiste mal un análisis de la realidad. Dejando a un lado las avaricias de los corruptos, la función pública en España está pagada de forma muy discreta. Por eso no tiene pies ni cabeza aplicar la muletilla populista y desplazarla ahora de los políticos a los jueces.
Pero, además, al votante perplejo le extraña que eso se le ocurra al secretario de Comunicación del PP, el partido con los políticos mejor pagados. Todavía flota en la memoria la polémica sobre los ingresos de María Dolores de Cospedal, en la que confluyen, además de otras sorpresas de la vida, los sueldos públicos de secretaria general del PP, de senadora, y sus trienios como abogada del Estado.
Después de cobrar 240.737 euros en el 2009 (lo que significaba una subida de beneficios del30 %, justo igual que lo ocurrido en el último ejercicio de Telefónica), tuvo que apretarse el cinturón en nombre de la crisis y cobró 223.597 en el año 2010. No es que sea mucho si pensamos en los altos ejecutivos, pero llama la atención si se compara con el sueldo medio de los políticos y con la realidad laboral española, en la que, dentro del reino de los grandes afortunados con un puesto de trabajo, hay un 60% de mileuristas.
Cuando María Dolores de Cospedal recorre Castilla-La Mancha, los suyos la corean con el grito "¡Tu sí que vales, tú sí que vales!". Ella vale lo que nos cuesta a los contribuyentes. Ahora podemos entender mejor ese grito electoral. A González-Pons se le suelta demasiado la lengua.
(Luis García Montero. Publico)
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