El motivo de esta carta no es otro que mostrar mi más enérgico rechazo a las medidas que ha aprobado el gobierno del que usted y otras dos personas de su formación política forman parte, junto con otros miembros del PSOE.
Nunca imaginé que tuviera que decirle algo así, pero considero que las medidas que su gobierno aprobó el 15 de mayo, son totalmente injustas con el colectivo del que formo parte, además de inútiles. He de decirle que jamás he especulado con el dinero, no tengo acciones de ningún tipo, pago una hipoteca del copón bendito (entre otras cosas porque sin comunicármelo, me pusieron un “suelo” del tres por ciento —un inciso: a ver si su gobierno hace algo con eso—), el gobierno de Rodríguez Zapatero me bajó el sueldo en 2010, el gobierno de Rajoy me subió el IRPF hace unos meses, y ahora, vienen ustedes, PSOE e IU y me meten otro sablazo, y además, disfrazándolo con una serie de piruetas verbales y eufemismos que insultan las más elementales normas de la inteligencia humana.
Ha dicho usted que no ha quedado más remedio que bajar el sueldo de casi trescientas mil personas, que esto era algo que había que hacer “sí o sí”. Perdone que le diga, pero no comparto, en absoluto, ese punto de vista. En esta vida, no hay ni una sola cosa que haya que hacer “sí o sí”. Para cualquier problema siempre hay una salida alternativa. También la tenía —la sigue teniendo— la crisis. Eso se ha dicho siempre desde Izquierda Unida. También usted lo ha dicho más de una vez. Doy fe de ello. “La crisis que la paguen los que la han provocado”, era una de sus frases favoritas hasta hace
bien poco. Pero al final se ha dejado llevar al huerto del neoliberalismo, y ha olvidado todas esas fantásticas consignas, esas maravillosas y grandilocuentes palabras que tanto gustan en Izquierda Unida, palabras como revolución, como lucha de clases, como reparto de la riqueza, como justicia social, etc., y ha optado por el camino más fácil: el de los recortes a los funcionarios —un colectivo donde existe un altísimo porcentaje de mileuristas—, en vez de por el de la insumisión, el de la lucha y el de atacar directamente a los ricos y a los que han provocado la estafa.
Tengo que confesarle que yo he sido afiliado de IU. Se lo aclaro para que no se piense que soy un submarino de Intereconomía. Como digo, yo he militado en IU: he asistido a reuniones, a mítines, incluso he formado parte de listas electorales. Hasta que me di cuenta de que aquel barco se escoraba peligrosamente a la derecha, en un acercamiento suicida al PSOE. Finalmente, mi intuición no me ha traicionado. Sabía que del trato con los socialistas no podía salir nada bueno, por mucho que se empeñe usted y los suyos en decir que ahora sí son de izquierdas. Pues siento contrariarlo, amigo Diego, pero sus socios de gobierno en la Junta de Andalucía no son de izquierdas. A los hechos —los de ahora, los de antes— me remito.
Decía José Luis Centella que en cien días veríamos los resultados del pacto. Pero no nos han hecho falta ni dos semanas para verlos: Más de la misma basura neoliberal, más de las mismas políticas injustas, cobardes y sumisas. Sólo que ahora también Izquierda Unida las apoya. Vivir para ver. Dice usted que este recortazo será reversible. Otra gran mentira. No hay que ser muy listo para darse cuenta de que esto, lejos de ser la solución, sólo viene a agravar el problema un poco —o un mucho, según se mire— más. Entérese usted y de camino dígaselo al caballero que lo ha comprado por tres consejerías —iba a decir de mierda, pero prefiero decir vacías de contenido, de presupuesto y de competencias—: Así, señor Vicepresidente, no se sale de la crisis. Para salir de la crisis hacen falta políticas de izquierda, y recortar el sueldo a los empleados públicos, dejar en paro a un buen número de interinos en educación (¿o qué van a hacer con los cinco mil que sobrarán cuando suban las dos horas?) amén de otras lindezas por el estilo, no son políticas de izquierda.
Quiero que sepa que usted y su formación política les han fallado a muchas mujeres, a muchos hombres de Andalucía que el día 25 de marzo habían puesto su confianza en ustedes. Funcionarios de la Junta de Andalucía que ven, cómo una vez más, tienen —tenemos— que comernos el marrón que otros han provocado, tenemos que apretarnos el cinturón, mientras vemos que los que han montado el pollo de la crisis se van de rositas, con sus magníficas indemnizaciones, y siguen viviendo de puta madre, con sus coches de lujo, sus casas caras de donde nadie los va a desahuciar, su coca colombiana, etc., etc. Por si usted o su socio de gobierno no han reparado en ello, yo le voy a hacer una propuesta. Bájense ustedes sus sueldos. Pero no un cinco por ciento, que me parece pura demagogia. Pónganse sueldos de 1800 euros, que son muy dignos y dan para vivir sin morirse de hambre. Se lo digo yo, que ni siquiera gano eso y según usted soy un privilegiado.
En un alarde de paranoia sin precedentes, IU de Andalucía me ha enviado un correo electrónico donde se me informa que esa formación política no puede aceptar la política de recortes impuesta por la derecha europea y el gobierno del PP y llama a la gente a movilizarse contra este ataque al Estado de Bienestar, y al profesorado andaluz, al mismo al que le acaba de bajar el sueldo por arte de birlibirloque, lo convoca a secundar la huelga del día 22. Y se quedan tan panchos.
Señor Valderas, usted ha entrado por derecho propio en el selecto club de los políticos que estafan a la ciudadanía, con mentiras infumables. Allí podrá tomar una copa con otros insignes de la talla de Aznar, de Zapatero, de Chaves, Rodríguez Ibarra, etc. Como bien decía Sánchez Gordillo ante el pacto con el PSOE, quien pacta con el diablo, acaba en el infierno. Usted ya tiene un pie allí.
Salud y buen tiempo de lucha.
(Rafael Calero Palma)
No hay comentarios:
Publicar un comentario