La Iglesia, que se pasa la vida hablando
de sexo, debería manifestarse también acerca de las últimas decisiones
del Gobierno. Aún no sabemos qué le parece, por ejemplo, el hecho de que
dejemos de atender a los inmigrantes enfermos. No nos imaginamos a Jesús
pidiéndole la cartilla sanitaria a un ciego antes de sanarlo. Es más, Jesús
atendería antes al inmigrante, al pobre, que al enfermo con recursos. He
buceado durante horas en Internet, buscando alguna manifestación de Rouco
Varela o adláteres, signifique lo que signifique adláteres, sobre esta
iniciativa gubernamental, pero parece que no saben, no contestan. Es como
si hubieran decidido especializarse únicamente en divorcios, asuntos clínicos
(sobre todo los relacionados con el embarazo), y tendencias sexuales.
No nos parece mal. Tampoco criticaríamos
que hubiera cardenales u obispos que opinaran todo el rato sobre cuestiones
de ingeniería aeronáutica o de arquitectura modular. Pero echamos en falta
sus opiniones acerca del trato que de ahora en adelante se va a dar a los
enfermos y a los jubilados, que son, junto a los inmigrantes, los sectores
más desfavorecidos de la sociedad. Nosotros somos partidarios de la separación
entre la religión y la política, pero dado que la jerarquía se politizó
tanto cuando gobernaba Zapatero, no acabamos de entender esta despolitización
súbita, como si hubieran sido víctimas de una conversión.
A la Conferencia Episcopal no le afecta,
seguramente, la subida de IVA ni de las cargas fiscales en general. Ya
sabemos que por no pagar no paga ni el impuesto sobre bienes inmuebles,
pero aun así debería salir en defensa de sus fieles. No comprendemos, en
fin, este silencio sobrevenido cuando más falta nos harían sus opiniones.
Por ejemplo, ¿es monseñor Camino partidario
de la dación en pago? Comprendemos que para opinar sobre este asunto se
deben adquirir ciertos conocimientos de economía, así como del funcionamiento
de los bancos. Pero para gente que sabe tanto del matrimonio sin estar
casada y del sexo sin practicarlo no debería resultar difícil ponerse al
día en estos temas que tanto agobian a la feligresía.
Gracias.
(Juan José Millás. La opinión. Málaga)
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