El presidente de la Confederación de Empresarios Andaluces (CEA), Santiago Herrero, se ha manifestado de acuerdo en la necesidad del ajuste del gasto público, aunque discrepa de las decisiones de la Junta de Andalucía.
Concretamente es contrario a la subida del IRPF y al recorte de la inversión en obra pública, lo que pone en peligro "70.000 empleos en la construcción".
También reprocha, el presidente de la CEA, que la disminución del sector público "empresarial" no se vea reflejada en pérdidas de puestos de trabajo.
En fin... que están bien los recortes y son necesarios, pero no a mí.
Hay que saber que cualquier recorte de gasto público conlleva, necesariamente, paro. Ya lo comentamos aquí en la entrada ¿Cuántos cafés son un parado?
La buena voluntad del presidente de los empresarios al defender a las empresas de la construcción olvida, aparentemente, el efecto que tendrán el resto de recortes en otras empresas que, supongo, también habrá de defender: comercios, hostelería, alimentación,...
Y es que, si Santiago pensara en que los casi 2.000 millones que la Junta va a recortar en el capítulo 1, en la rebaja de sueldo de los funcionarios y despido de empleados públicos, debería entrarle mucho vértigo. Pues son 2.000 millones de euros que se detraerán del consumo ciudadano. ¿Cuántos puestos de trabajo se perderán en bares, tiendas y otras pequeñas empresas? Sin contar lo que el estado dejará de ingresar vía IVA e IRPF...
Invito a todo aquél que está a favor de los recortes a que piense en qué influencia puede tener sobre el consumo y a que recuerde que la mayoría de los puestos de trabajo de este país están en la pequeña y mediana empresa.
Desde mayo de 2010, cuando Zapatero anunció los primeros recortes, el consumo ha bajado escandalosamente y, sin embargo, la situación ahora es mucho peor. ¿Habrá alguna relación?
Por otro lado, invito al presidente de la CEA a hacer una reflexión. Desde hace tiempo le escucho hablar (y le leo) acerca de que todos tenemos que arrimar el hombro. Lo dijo, por ejemplo, en un artículo de opinión dirigido a los trabajadores abtes de la huelga del 29-S.
Bien, yo he pagado de impuestos en 2011 un 23% de todo lo que gano, deducido el mínimo personal y familiar. No sé si es mucho o poco. Es lo que es, el año que viene será más.
No hay que irse a Warren Buffet, ni salir de Andalucía, para encontrar empresarios que pagan menos impuestos que sus empleados. Me refiero al porcentaje, claro, no a la cantidad de euros.
Santiago, es la hora de arrimar el hombro. Anime a los empresarios de Andalucía a olvidarse de SICAV, paraísos fiscales y otras deducciones. Anímeles a que computen sus beneficios como rendimientos de trabajo y paguen sus impuestos como lo hacen sus asalariados. Imagínese usted el servicio que le hará a Andalucía y a las empresas del sector de la construcción.
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