Dice Jordi Calvo en su artículo Ser antisistema aparecido en Público:
Ser antisistema es, no solo una buena opción, sino puede que la única. Porque no creo que, más allá de en las mentes de codiciosos empresarios y gobernantes, pueda caber la promoción de un sistema que genera mil millones de hambrientos, cien mil muertes diarias fácilmente evitables y decenas de conflictos armados y violencia generalizada.Y en el mismo diario leemos el artículo Viejos pro-sistema de Gemma Galdon:
Pero no puede ser antisistema quien quiere enfrentarse a aquello que quiere cambiar, usando algunas de las estrategias del mismo. Es decir, la violencia de algunos de los mal llamados antisistema simplemente los convierte en promotores del sistema, porque de este modo están legitimándolo y, lo que es peor, deslegitimando a quienes trabajan diariamente por la transformación social, la del sistema. No cabe olvidar tampoco la violencia del sistema, que la hay y no es poca y es sabido que es utilizada para minar los esfuerzos antisistémicos.
En fin, que la triste violencia del 29-S, de la que los medios de comunicación (del sistema) han hecho buena difusión por diferentes razones, no nos quite la ilusión de ser antisistema.
Leo hoy la enésima reflexión periodístico-experta sobre los “jóvenes antisistema” y los motivos de la violencia del 29-s en Barcelona, y vuelvo a preguntarme si es posible dar respuestas relevantes a preguntas equivocadas. ¿De qué hablamos, de jóvenes o de “antisistema”? Porque si existen los “jovenes antisistema”, así como categoría general (y aparentemente generalizada en Barcelona), existirán también los viejos pro-sistema, ¿no?
Lector/a: ¿eres tú un viejo/a pro-sistema? ¿A que jode la pregunta? Básicamente, por absurda.
2 comentarios:
Simple y directo. me encanta el texto. Un saludo.
Me alegro de que te haya gustado, Kaesar. Un abrazo.
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