Juan Carlos Escudier
Público
Esto de la crisis se ha convertido en una novela negra con un ajuste de cuentas en cada capítulo. Dicho en palabras de Niemöller, primero fueron a por los funcionarios, que eran unos vagos y no temían al paro; luego a por los sindicatos y sus liberados, que eran más vagos todavía; después a por los asalariados con contrato fijo, y se hizo la reforma laboral para que saliera más barato despedirles; ahora se está yendo a por los inmigrantes, que además de indocumentados van al médico cuando se ponen enfermos y llevan a sus niños al colegio; dentro de poco irán a por todos los trabajadores, porque quieren comer la sopa boba desde los 65 años y vivir hasta los 90.
Lo de los inmigrantes es bastante indecente, pero no nos vamos a poner sentimentales con la que está cayendo. Como con las expulsiones no damos abasto y además hay que pagarles el avión, lo mejor es convencerles para que se vayan por su cuenta. Aquí el PP y su filial catalana han estado sembrados: si los inmigrantes sin papeles no se empadronan por temor a ser extrañados, tampoco podrán acceder a la sanidad, la educación o los servicios sociales, con lo que acabarán marchándose y nos ahorraremos un dinero. Para los regularizados, Boyer, el asesor áulico del Gobierno, encontró otra solución final: eliminar las ayudas a los parados que agoten la prestación. El beneficio es doble porque se economiza un huevo y reducimos el paro.
Mientras les damos su merecido a estos gandules que nos han arruinado por intentar comprarse un piso, reconforta saber que las cosas tornan a donde solían y que los ejecutivos de la banca vuelven a llevárselo crudo y en carretilla. Lo certificaba un estudio de The Wall Street Journal sobre 26 entidades financieras: su beneficio neto en 2010 será de 61.300 millones de dólares. ¿Las primas de sus directivos? 144.000 millones.
La situación mejora aunque no podemos descuidarnos. Cobremos a los abuelos por las recetas; dejemos de pagar tratamientos a tipos de 80 años que ya tienen un pie en la tumba; acabemos con las guarderías públicas para que las madres regresen a los hogares y haya trabajo para los hombres. Con estas reformas saldremos de la crisis y, ya puestos, terminaremos con la ultraderecha que abuchea a Zapatero en los desfiles porque la habremos dejado sin programa electoral.
PD: Recomendamos a nuestros lectores y amigos la el remake "Wall Street", de Oliver Stone, recién estrenada en la pantalla grande. Absolutamente ilustrativa sobre quiénes, y cómo, manejan el mundo y nuestras vidas.
No nos consta si ya ha recibido el cineasta Stone amenazas de muerte, como tras el estreno de JFK en USA. Las cosas de la democracia yankee..go home.
Público
Esto de la crisis se ha convertido en una novela negra con un ajuste de cuentas en cada capítulo. Dicho en palabras de Niemöller, primero fueron a por los funcionarios, que eran unos vagos y no temían al paro; luego a por los sindicatos y sus liberados, que eran más vagos todavía; después a por los asalariados con contrato fijo, y se hizo la reforma laboral para que saliera más barato despedirles; ahora se está yendo a por los inmigrantes, que además de indocumentados van al médico cuando se ponen enfermos y llevan a sus niños al colegio; dentro de poco irán a por todos los trabajadores, porque quieren comer la sopa boba desde los 65 años y vivir hasta los 90.
Lo de los inmigrantes es bastante indecente, pero no nos vamos a poner sentimentales con la que está cayendo. Como con las expulsiones no damos abasto y además hay que pagarles el avión, lo mejor es convencerles para que se vayan por su cuenta. Aquí el PP y su filial catalana han estado sembrados: si los inmigrantes sin papeles no se empadronan por temor a ser extrañados, tampoco podrán acceder a la sanidad, la educación o los servicios sociales, con lo que acabarán marchándose y nos ahorraremos un dinero. Para los regularizados, Boyer, el asesor áulico del Gobierno, encontró otra solución final: eliminar las ayudas a los parados que agoten la prestación. El beneficio es doble porque se economiza un huevo y reducimos el paro.
Mientras les damos su merecido a estos gandules que nos han arruinado por intentar comprarse un piso, reconforta saber que las cosas tornan a donde solían y que los ejecutivos de la banca vuelven a llevárselo crudo y en carretilla. Lo certificaba un estudio de The Wall Street Journal sobre 26 entidades financieras: su beneficio neto en 2010 será de 61.300 millones de dólares. ¿Las primas de sus directivos? 144.000 millones.
La situación mejora aunque no podemos descuidarnos. Cobremos a los abuelos por las recetas; dejemos de pagar tratamientos a tipos de 80 años que ya tienen un pie en la tumba; acabemos con las guarderías públicas para que las madres regresen a los hogares y haya trabajo para los hombres. Con estas reformas saldremos de la crisis y, ya puestos, terminaremos con la ultraderecha que abuchea a Zapatero en los desfiles porque la habremos dejado sin programa electoral.
PD: Recomendamos a nuestros lectores y amigos la el remake "Wall Street", de Oliver Stone, recién estrenada en la pantalla grande. Absolutamente ilustrativa sobre quiénes, y cómo, manejan el mundo y nuestras vidas.
No nos consta si ya ha recibido el cineasta Stone amenazas de muerte, como tras el estreno de JFK en USA. Las cosas de la democracia yankee..go home.
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