Es un botarate, bebedor compulsivo de cerveza. Se trata de Homer Simpson, el último ejemplo que nos pone el Vaticano de "buen católico". Da igual que Homer martirice a su vecino, el evangelista Ned Flanders; también es indiferente que se duerma en la Iglesia, durante el sermón dominical (mientras eche dinero en el cepillo no tiene que escuchar). Pero reza todos los días antes de comer y, a su modo, cree en el más allá.
El apoyo del Vaticano a los Simpson en general (y a Homer en particular) ha sido publicado en el Osservatore Romano, principal medio de difusión vaticana, donde, entre otras cosas, se apoya la publicación del jesuita Franceso Occhetta, en la que éste elogiaba la famosa serie porque "plantea constantemente el tema de Dios y refleja la confusión religiosa y espiritual de hoy en día".
A ver si lo hemos entendido: ¿que el ejemplo de religiosidad y cristianismo nos lo da Homer Simpson? Pues, aparte de los miles de beatos célibes propuestos entre el anterior Papa y el actual, parece que sí.
¿Y por qué unos dibujos animados? ¿No sería mejor bendecir el ejemplo de personas reales? ¿Es que no conocen personas normales, padres de familia que trabajan para sacar a sus niños adelante, aunque pequen haciendo el amor con sus esposas sin buscar hijos (sólo por amor)? (Por reales, me refiero a gente de carne y hueso, con DNI, que pagan impuestos y esas cosas). Esto es de locos.
Desde luego, se entiende mejor cuando vemos que Según Ochetta, el realismo escéptico de los Simpson ayuda a los jóvenes "a no engañarse". Es posible: "¿Por qué no nos unimos para luchar contra nuestros auténticos enemigos: los gays monógamos y las células madre?", le propone en un pasaje Flanders a su vecino. Así se entiende mejor, sin duda.
Claro como el agua. Por supuesto, yo soy un manipulador que, lejos de poder tomarse esto en serio, no puede sino cachondearse de ello. Pero no, hablemos en serio: si la moda es bendecir, como ejemplos, a los personajes de ficción, ¿por qué Homer Simpson? ¿Por qué no Robin Hood, que ayudaba a los pobres y miserables? ¿Por qué no Curro Jiménez, que robaba a los ricos para dárselo a los menesterosos? ¿Por qué no Don Quijote, el incansable idealista, el caballero de las causas justas? ¿O Superman, Spiderman o Batman, que no paran de luchar a favor del bien? O, ya puestos, ¿por qué no Enmanuelle, que hizo feliz a más de uno?
2 comentarios:
Completamente de acuerdo. En el Vaticano pierden tiempo que deberían dedicar a mejores causas que avalar a cínicos productores de tv que lo único que buscan es alagar el oído del teleauditorio, así sea burlándose metódicamente de lo mas sagrado, lo importante es el "rating".
Completamente de acuerdo. En el Vaticano pierden tiempo que deberían dedicar a mejores causas que avalar a cínicos productores de tv que lo único que buscan es alagar el oído del teleauditorio, así sea burlándose metódicamente de lo mas sagrado, lo importante es el "rating".
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