5 de noviembre de 2007

Desmontando IKEA

En el año 2006 IKEA tenía 237 fábricas en 34 países, 458 millones de clientes, es decir, 1'4 millones al día y entregó 175 millones de catálogos. La cifra de negocios fue 17.300 millones de euros, lo que generó un beneficio de 2.800 millones de euros. La fortuna del fundador de IKEA se valora en unos 25.000.000.000€.

La conocida empresa Sueca pertenece a una fundación holandesa y tiene su sede social en Dinamarca. Mientras, su fundador vive en suiza donde, el último año, pagó unos 125.000€ de impuestos. De todos los productos etiquetados como "Design and Quality IKEA of Sweden", sólo el 7% ha sido fabricado en Suecia (el 18% en China, el 14% en Polonia,...).

Estos datos están sacados de la campaña que ha realizado Oxfam-Magasins du Monde de Bélgica bajo el título IKEA: un modèle à démonter (IKEA: Un modelo a desmontar). De la que se está haciendo eco la Revista El Observador con motivo de la apertura en Málaga de un nuevo centro.

En 1997 IKEA fue denunciada por las malas condiciones de los trabajadores de las empresas que subcontrataba. En 1998 IKEA firmó un acuerdo sobre derechos de trabajadores y otro sobre trabajo infantil. A partir de éstos elaborarían su propio código de conducta: IKEA Way on Purchasing Home Furnising Products (IWAY Code, resumen en español aquí).

Posteriormente, la ONG holandesa SOMO (puede obtenerse aquí su informe) en 2002 y la citada belga Oxfam-Magasins du Monde en 2005 han realizado una investigación sobre las condiciones de trabajo en algunas fábricas subcontratadas: en Bulgaria, India y Vietnam la primera; en India, Bangladesh y Vietnam la tercera.

Las conclusiones a las que han llegado muestran que, en muchos aspectos, no se cumple el citado código de conducta: Bajos salarios, trabajo en malas condiciones de salubridad, negación a los trabajadores del derecho a asociarse o sindicarse, inexistencia de sindicatos, discriminación de la mujer, horas de trabajo excesivas con abundancia de horas extras para tener un sueldo por encima del salario mínimo de su país (43€ en Vietnam), Inexistencia de contratos laborales o contratos de duración muy corta (todos por debajo del año).

Hay que decir que este es un resumen de las conclusiones de todas la visitas, no es generalizable. Es decir, no todo lo descrito ocurre en todas las fábricas subcontratadas investigadas. Aunque las condiciones laborales son muy parecidas.

A mejorar esto no ayuda el hecho de que, en muchos casos, las fábricas subcontratadas dependen fuertemente de IKEA, gracias a préstamos que la empresa sueca les hace para inciar su actividad, a un alto interés, o que todo el equipo de la fábrica ha sido prestado por IKEA. Esto provoca una fuerte dependencia de los subcontratados y que la negociación del precio al que IKEA compra el producto sea muy desigual. Esto, unido a que IKEA no está pagando más caro el producto a cambio de que sus subcontratas cumplan su código de conducta, ni financiándolo, hace imposible pensar en que estas, a corto plazo vayan a implantar las mejoras esperadas.

Finalizamos traduciendo la conclusión del Análisis de la responsabilidad social de IKEA en su cadena de subcontratación en Bangladesh, de Oxfam_magasins du Monde:

"Los resultados de este estudio son inequívocos. En Bangladesh, las cuatro fábricas de IKEA estudiadas violan la ley y el código de conducta IWAY. Las principales violaciones conciernen a las horas de trabajo intempestivas, el cálculo y pago de los salarios, el no respeto al derecho de asociación y negociación colectiva, la discriminación hombre/mujer, el abuso o el hostigamiento de los trabajadores y la inexistencia de contratos laborales.

Pero no todo es negro. Los resultados de esta investigación muestran igualmente ciertas mejoras en términos de condiciones de trabajo en las fábricas, de trabajo forzado o de trabajo de niños (inexistente en todas las fábricas visitadas). Hemos constatado que los fabricantes aplicabn aquellos puntos del IWAY que demandan poca inversión (aseos separados, agua potable, extintores, ...) o que tienen bajo coste. Estos avances son reales e importantes, pero su realización depende del coste económico. Como IKEA no se hace cargo del coste de aplicación de su código de conducta, todo su peso recae sobre los proveedores y los subcontratistas.

Subrayamos que, si bien la exigencia de pagar un salario mínimo legal es respetada, los trabajadores no pueden vivir decentemente con sus ingresos, a pesar de las horas extras prestadas. No podemos aceptar que las personas que trabajan más allá de la jornada completa - en media 80 y 90 horas por semana - vivan justo al límite de la extrema pobreza (menos de 2€ por día), aunque esta situación sea... ¿legal?

Estos resultados ponen a IKEA frente a sus pretensiones y sus deberes sociales. Seguro que el contexto en Bangladesh es difícil, seguro que el gobierno bengalí tiene parte de responsabilidad. pero también es seguro que IKEA ha elegido implantarse en países que tienen bajo coste de produciión y mano de obra barata. Luego IKEA tiene una responsabilidad. IKEA debe garantizar un salario mínimo vital a sus trabajadores y proveedores. IKEA debe modificar sus prácticas de compra a fin de que los fabricantes puedan garantizar condiciones decentes a sus trabajadores, tanto en salarios como en la aplicación de los puntos más costosos del código de conducta."

Para saber más, en español, aconsejamos El Observatorio.

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