Esto sí es un boicot político en aras de la justicia y la solidaridad, y no el que se alentó, desde la COPE, contra todos los productos catalanes. Evidentemente, se trata de dos cuestiones distintas, que responden con claridad a dos "inquietudes" muy diferentes.
Bien por el obispo. Ya era hora de que un purpurado, puestos como están a dedicarse con más empeño a "las cosas del César que a las de Dios", a la hora de hacer política, la haga con el Evangelio en la mano, y no en contra de él.
¡Ah, perdón! Que no se trata de un obispo de la conferencia episcopal católica española, sino de un anglicano. Ya me extrañaba a mí.
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