Pero entonces, a mí me surge una duda: si el Gobierno no tiene "nada que ver con la marcha de la economía", ¿a quién le echamos la culpa?, ¿a la oposición?, ¿al primo de Rajoy?, ¿o al toro que mató a Manolete?
Y es que esto es lo que pasa cuando uno se disfraza de socialista: que al final se le ve la careta. No se puede ser de izquierdas y aceptar, tan ricamente, que el Estado no tiene jurisdicción alguna en la marcha de la economía (y menos, tratándose de algo tan importante y macroeconómico como la inflación).
Caer en la trampa del bipartidismo tiene esas cosas: que sólo te permite elegir entre una economía de derechas con política ultraconservadora y neofranquista, o una economía de derechas con una política progresista (siempre que la igualdad económica, la justicia social y la verdadera solidaridad no se consideren esenciales a dicho "progreso", claro).
Y no quedan más salidas al bipartidismo. Pero... ¿quién ha dicho que haya que aceptar el bipartidismo? ¿Es que, acaso, es tabú plantear una economía de izquierdas?
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