18 de septiembre de 2006

El progreso económico terminará con la pobreza



La esperanza de que el progreso económico supondrá tanta abundancia que hasta los pobres podrán nutrirse con las migajas que caen de la mesa de los ricos es radicalmente falsa. Otro dato reciente (El Pais 28 Mayo 2006, pag 12) lo prueba: en uno de los alumnos aventajados del capitalismo neoliberal o salvaje, el Reino Unido, las desigualdades han crecido pese a los últimos 20 años de crecimiento económico. O dicho de otra forma, el crecimiento económico de por sí hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres, se amplia la brecha social entre los enriquecidos y los empobrecidos. Por tanto es imprescindible que el crecimiento (racional y sostenible) vaya acompañado de políticas firmes de justicia social, es decir, de asegurar a los últimos de cada sociedad la posibilidad de una vida digna, de acceso al reparto de tanto beneficio. Sino es así habrá que repetir hasta la saciedad que es mentira que este sistema económico que vivimos solucione los problemas de injusticia que hay; muy al contrario, es la causas de muchos de ellos.

A modo de despedida el exgobernador del Banco de España, Jaime Caruana, dijo que “Las empresas pueden verse abocadas a tener que hacer un ajuste más intenso para recuperar el terreno perdido en los mercados internacionales y en el interior...Para ello es importante que la economía disponga de mecanismos flexibles de determinación de precios y salarios”Además añadió que la reforma laboral pactada era “tímida”. Está claro que en épocas donde hay que apretarse el cinturón el ajuste de las empresas debe pasar por flexibilizar los salarios (de los trabajadores) y de hacer una reforma laboral donde sea más barato aún el despido, la famosa flexibilidad laboral (= perdida de derechos sociales). ¿No podría pasar porque las empresas y sus accionistas ganen algo menos?. Evidentemente esto se opondría a las sacrosantas leyes del mercado que nos gobierna. Con declaraciones así se comprende porqué su próximo trabajo estará en el Fondo Monetario Internacional.

Lavoisier

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