19 de abril de 2014

La Corrala y el corralito

En Sevilla este año se adelantó la Semana Santa una semana y la empezó la presidenta andaluza, que vio la ocasión perfecta de aprovechar el desahucio de la Corrala Utopía para coronarse reina madre bajo palio, para darle un beso de Judas a sus socios de gobierno y entregar a los inocentes a una masa arengada por el Sanedrín mediático que no ha dejado pasar la oportunidad de crucificar a IU. Por medio apareció Zoido Pilatos, alcalde sevillano, 'popular' para más señas, que se lavó las manos y dejó en la calle a sus vecinos desahuciados aunque tiene 500 pisos vacíos en los que los podría alojar. Y a última hora, socialistas y comunistas firmaron una resurrección de su pacto que no convence ni a los que la firmaron. Todo apunta a que esta ha sido la última cena entre ambos. 
La derecha aplaude a rabiar con el espectáculo patético de ver a sus enemigos enfrentados y a los socialistas enfrentando a los pobres entre sí. Susana Díaz tuvo su Domingo de Ramos entre los suyos y los demás, desde IU a los corraleros pasando por los miles que se pudren en las listas a la espera de un piso, han terminado haciendo de costaleros que cargan con todo el peso de la situación. Y la situación es que solo ocho familias de la Corrala han sido realojadas, que algunas que lo fueron han sido expulsadas y que miles de personas excluidas siguen durmiendo en las listas de espera. La presidenta puede estar contenta porque con su pataleta no ha dado cobijo a una sola pero sí ha conseguido echar a la calle a varias familias. Ole, ole y ole. 
Emilio Botín le va a poner un altar por dar ejemplo de quién manda en este país. No hace tanto el presidente del Santander le besaba las manos y le hacía reverencias como si estuviera frente ala Virgen de las Finanzas. Así que el lío morrocotudo que le montó Susana Díaz a Izquierda Unida no tenía otro fin que ponerles firmes como velas de procesión y dejar claro quién manda en Andalucía, o sea, ella y sus amigos del IBEX 35, a los que invitó hace poco para rendirles pleitesía. Y de paso, sirvió para hacer saber que quien levante la voz no obtiene casa de protección social. Tampoco los que están callados, por cierto. Tiene maneras de lideresa del PP la señora Díaz. 
No ha vuelto a acordarse la generala socialista de los 12.000 hijos de San Lista de Espera en riesgo de exclusión que tanto decía que le preocupaban la semana pasada. A la vista está que lo decía de boquilla, que sus lágrimas son de cartón piedra como las de esas vírgenes de las que ella es tan devota. Lágrimas y dientes de cocodrilo tiene la jefa. Y Zoido le canta saetas desde el balcón de una vivienda vacía. Son tal para cual pero no son gobernantes para su pueblo, solo para sí mismos y para sus capillitas y correligionarios.
Si de algo ha servido todo este calvario ha sido para dejar claro que todo sigue igual que estaba y todos siguen siendo lo que eran. El PSOE es el mismo partido del régimen que predica un cambio hacia la izquierda al que sus actos desmienten. El PP sigue echando a patadas a los desahuciados y protegiendo a la banca. IU ha hecho un pacto con el diablo por el que puede perder el alma. Y a los pobres no los ampara ni el Tribunal Constitucional, que ha dado la razón al Gobierno en su recurso contra los artículos de la ley andaluza de vivienda que obligarían a la banca a dejar sus pisos vacíos en alquiler social y a congelar los desahucios.
Así que los bancos que siguen echando a gente y tienen 700.000 pisos vacíos en Andalucía pueden irse tranquilos de procesión, que no tendrán que dar cobijo a ninguna de los 110.000 andaluces que están en lista de espera. En este país es una utopía que los bancos asuman ni un solo euro del coste de la crucifixión general que han provocado. Y a los pobres se les condena a vivir en Utopía, el no lugar. O más concretamente, en la puta calle.
Después de tanta procesión, nos la siguen clavando. Nada cambia, no hay resurrección. La utopía ha sido desahuciada de su Corrala por el corralito bancario que es el que manda con la protección del corralito político y el amparo del corralito judicial. Como dice Julito Iglesias, la vida sigue igual. Igual de mal, vaya.
(Javier Gallego. eldiario.es)

18 de abril de 2014

Decálogo Robin Hood: diez cosas que puedes hacer hoy mismo para reducir el abismo entre ricos y pobres

Si no perteneces al llamado 1%, probablemente pienses que resulta escandaloso que miles de familias no puedan calentar sus casas el próximo invierno mientras un puñado de privilegiados aumenta sus fortunas al calor de la legitimidad que confiere la ley de la oferta y la demanda.
Durante buena parte del siglo XX se instauraron en las democracias occidentales los impuestos progresivos en un intento de evitar la excesiva acumulación de recursos en manos de los más pudientes. Sin embargo, a partir de los años 80, la política empieza a dimitir en la redistribución de la riqueza y la ideología liberal va calando en su discurso. El efecto retardado de aquella primera -casi inocente, a toro pasado- “revolución de los ricos que propiciaron Reagan y Thatcher se está viendo hoy: el abismo entre los más ricos y los desposeídos no deja de ensancharse. El índice Gini –el mejor medidor de la desigualdad- empezó a aumentar en España en 2007, tras décadas de descenso, y lo hace a costa de la clase media, en trance de desaparecer, como ya sucede en Estados Unidos y otros países de Europa.
Pero la vía política no es la única disponible parahttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png redistribuir la renta. Existe también la vía revolucionaria, pero como en Yorokobu somos apóstoles de la no violencia vamos a explorar una tercera vía: el consumo. A continuación, diez cosas que puedeshttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png empezar a hacer hoy mismo para reducir la brecha entre pobres y ricos.
1. Utiliza alternativas a la banca tradicional
Los bancos volvieron a registrarhttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png beneficios récord en la primera mitad de 2013, mientras se han volatilizado37.000 de los 52.000 millones de euros de dinero público inyectado para evitar la quiebra de Bankia, Catalunya Banc y NovaGalicia, entre otros. El sueldo medio del trabajador de la banca duplica a la media de los empleados españoles y alcanza niveles de vértigo entre sus altos directivos: los prebostes del Santander embolsan en torno a 3 millones de euros anuales, entre 50 y 70 veces el sueldo medio de sus trabajadores (o entre 100 y 140 veces el de los empleados españoles).
Afortunadamente, hay alternativas. La más evidente –si aún no estás enganchado a una hipoteca- es confiar tus ahorros a la banca ética, de Triodos Bank a la cooperativa Coop57. En Triodos (788 empleados) presumen de que el salario más alto es “solo” 9,4 veces más grande que el más bajo [informe anual .pdf]. ¿Demasiado? Hay otras opciones:
El crowdfunding, que surgió en internethttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png para financiar emprendimientos empresariales y artísticos, está evolucionando hacia el préstamo entre particulares, el llamado ‘préstamo P2P’. Por ejemplo, Comunitae (“no somos un banco, ni falta que nos hace”) ha prestado casi tres millones de euros entre particulares desde el inicio de sus operaciones hace tres años. El referente mundial es el británico Zopa, que lleva prestados más de 500 millones de euros desde 2005.
Quienes piensan que estas iniciativas son un picotazo en la piel de un elefante deberían replantear su postura: uninforme del BBVA elaborado en Estados Unidos en 2012 concluye que los préstamos P2P son una “tecnología disruptiva” a la que los bancos deberían prestar mucha atención: “En el momento que las plataformas de crowdfunding resulten atractivas parahttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png la masa de consumidores resultará demasiado tarde para los bancos ponerse al día con esta nueva tendencia. Y existe un riesgo real de que los bancos dejen de ser la primera opción para préstamos personales y de pequeños negocios”.
Hay más formas de horadar los amplios márgenes de los bancos: “Hace poco fui a Estados Unidos y en lugar de cambiar euros por dólares en el banco, que es lo que hubiera hecho hace unos años, los ingresé en TransferWise, los recibió un amigo en su cuentahttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png de EE UU, y me ahorré 60 dólares en una transacción de 400 dólares”, me cuenta Albert Cañigueral, fundador de Consumo Colaborativo y consultor de la economía P2P.
2. Piensa global, consume local
Uno de los principios rectores de las multinacionales durante el actual período de globalización económica ha sido el célebre “piensa global, actúa local”. Esta filosofía permite, por ejemplo, crear una marca transnacional en Cupertino y fabricar sus productos con mano de obra semiesclava en China. Los gigantescos márgenes originados en semejante operación redundan en los accionistas y capitostes de la multinacional –Apple, en este caso-, abriendo brecha con las víctimas del rampante desempleo en EE UU.
Cuando compras una pala para el jardín en el chino del barrio (antiguamente Todo a 100) no solo estás ahorrando cinco euros respecto a si compras su equivalente de fabricación en la ferretería, también estamos deslocalizando un empleohttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png (o su parte alícuota) desde Guipúzcoa  –sede de Bellota, el campeón nacional- a una ignota factoría en China. “¿Qué más da?”, se preguntará el consumidor, “si conozco lo mismo al obrero vasco o al chino que lo produce”. Es cierto, pero el salario del vasco acabará circulando por en la economía española. Y la pala te durará mucho más.
Para afianzar el consumo local en los últimos años han surgido decenas de monedas locales, ajenas a cualquier tipohttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png de control político, que solo tienen valor en sus respectivas localidades. El “expronceda”, en Almendralejo, o el “puma”, en Sevilla, son algunas de las 70 monedas locales contabilizadas en nuestro país que fomentan el consumo y el empleohttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png en las comunidades.
3. Compra directamente al productor
Una patología habitual del homo economicus es considerar el preciohttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png como el factor determinante (en ocasiones único) a la hora de consumir, ignorando cualquier consideración social o ecológica. España importó el año pasado129.000 toneladas de manzanas, incluyendo 21.000 de un país como Chile, sito a más de 11.000 kilómetros de distancia. Eso significa que una manzana chilena trae en su preciohttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png un insumo energético muy superior a su coste en origen. En otras palabras, los 1,5 euros que pagas en Carrefour por un kilo de manzanas chilenas se lo reparten, además del supermercado, los magnates del petróleo saudíes, la naviera propietaria del barco y, en general, la larguísima cadena logística que lleva la fruta hasta su balda correspondiente.
Gracias a internethttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png hace tiempo que es posible comprar directamente al productor y acortar considerablemente la citada cadena logística. Por ejemplo, Solo Raf, que vende a través de la red tomates raf cultivados en Almería, reparte aproximadamente el 30% del PVP con el agricultor, unos 2,5 euros de los 8 euros que cuesta un kilo de raf de alta calidad. En una operación similar, el agricultor que vende a El Corte Inglés se queda 1 euro de los 15 que pagará el cliente del supermercado.
La diferencia estriba en  que “nosotros no necesitamos ni cámaras frigoríficas ni un hub que redistribuya. Nuestro producto llega dos días más fresco al consumidor a través de una empresa de mensajería”, explica Juan Pablo Seijo, director general de Solo Raf. Sin embargo, al optar por esta vía surge una paradoja: en el camino se destruyen empleos, son las llamadas “ineficiencias del sistema”, del que se alimentan miles de actores de la cadena. “Así es –razona Seijo-, la delimitación de tareas en una estructura más grande es más difusa, de modo que cuanta más gente tienes en una unidad de negocio, acabas teniendo más recursos inactivos”.
4. Genera tu propia energía o, al menos, desenchúfate del oligopolio
Puede que los bancos españoles sean poderosos, pero mucho más lo son el puñado de compañías energéticas que llevan luz a tu casa y rellenan de gasolina el depósito de tu coche: Repsol, Iberdrola, Endesa y Gashttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png Natural se benefician de una de las facturas energéticas más altas de Europa y, en justo pago por los servicios prestados, fichan como consejeros a altos cargos de la política, incluyendo ex presidentes del gobierno como Felipe González (Gashttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png Natural, a razón de 126.000 euros anuales), o José María Aznar (Endesa, unoshttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png 200.000 euros).
Ante el imparable avance de la autogeneración, el oligopolio que denunció Jordi Évole se defiende como gato panza arriba haciendo lobby para lograr lo impensable: privatizar el sol. Pero a pesar de las zancadillas a las renovables, proliferan en todo el territorio cooperativas y pequeñas empresas que generan y comercializan electricidad procedente de fuentes solar y eólica, como Som EnergiaGoiener, Zencer o la comercializadoraEnerplus. Pero, ojo, no esperes grandes ahorros en tu facturahttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png eléctrica (aquí, un comparador de tarifas) porque la regulación es inquebrantable: “Esta falsa liberalización del sector supone que si te cambias de compañía, y da igual a cuál, no te ahorres más de 10, 20 euros/año”, apuntan desde Som Energia.
Albert Cañigueral, fundador de Consumo Colaborativo, confía en la capacidad de resiliencia (resistencia al cambio) de las redes energéticas distribuidas. “Actualmente el cuello de botella es el preciohttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png del panel solar -explica- pero no hace más que reducirse, al tiempo que surgen iniciativas como la Energía de Código Abierto”, un intento de fomentar el DIY en la autogeneración energética, el equivalente a lo que ha sido Linux para el softwarehttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png.
5. No compres nada que anuncie un famoso
Podría ser aún más radical y recomendar, como Michael Pollan, que “no compres nada que veas anunciado” (se refiere a alimentos elaborados), pero estahttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png publicación (y yo mismo) vive de la publicidad, así que no tiraré piedras sobre mi propio tejado. Solo ladrillos: cuando ves a un famoso anunciando un producto en la TV puedes estar seguro que una parte del precio que pagues por el mismo irá de tu (exigua) cartera a su (copiosa) cuentahttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.pngcorriente. Pocas veces resulta tan evidente la transferencia de recursos de los pobres a los pudientes.
Pongamos un ejemplo práctico: ¿cuánto ganas al mes? ¿Mil euros? Eso lo gana Cristiano Ronaldo en media hora. Y sin necesidad de vestirse de corto, solo con mirarse al espejo de su casa (que lo imaginamos inmenso) por la mañana. Y eso solo si hablamos de su astronómico sueldo en el Real Madrid, porque estos emolumentos de escándalo son el chocolate del loro si los comparamos con lo que ingresa por anunciar Armani, Nike o Herbalife…
Un dato: la estrella del Real Madrid en 1980, Laurie Cunningahn, cobraba el equivalente a 55 sueldos mínimos de la época. Ronaldo va a ganar 17 millones por temporada, es decir 2.207 sueldos mínimos. El poder adquisitivo relativo de una estrella de fútbol se ha multiplicado por 40 en tres décadas. Si eso no es abrir un abismo entre ricos y pobres que venga Stilike y lo vea.
6. No compres: alquila, comparte, pide prestado
Un estudio llevado a cabo entre hogares de EE UU que poseían una taladradora comprobó que el uso medio durante la vida útil del aparato oscilaba entre 6 y 13 minutos. Un coche pasa el 95% de su vida aparcado. Puedes encontrar muchos más ejemplos con echar un vistazo a tu casa. ¿De verdad era tan imprescindible ese alisador de pelo como pensaste en su día?, ¿a qué esperas para regalar esa Thermomix que te compraste en un obtuso arrebato de ‘teletienditis’?
En su clásico Vivir mejor con menos (1997), Daniel Wagman y Alicia Arrizabalaga hacían una encendida defensa del “acceso frente a la propiedad”, al tiempo que criticaban el patrimonialismo interesadamente promovido por el capitalismo. Cuando fue publicada aquella biblia del downshifting, Internet aún no era la gigantesca malla de interrelación social que es hoy, de modo que servicios de compartición como Blablacar (vehículos), Airbnb(viviendas) o VivirSinEmpleo (bancos de tiempo) eran aún una entelequia.
Blablacar, SocialCar o BlueMove son algunos de los servicios que permiten compartir coche que pueden hallarse en el directorio de Consumo Colaborativo. El fundador de la página, Albert Cañigueral, considera que el cambio de la propiedad al usufructo ya se está dando y “los propios fabricantes son conscientes de que la gente no necesita tener un coche, sino desplazarse, así que están orientando su estrategia comercial hacia el carpooling [vehículo compartido]”. ¿Es posible hacer lo propio con otros aparatos? “Ojalá El Corte Inglés empezara a alquilar y no a vender muchos de sus productos”, suspira Cañigueral.
Un paso más allá se sitúan las llamadas “comunidades intencionales”, grupos de personas y familias que de algún modo viven en común y comparten sus bienes y sus responsabilidades. “No son necesariamente ecoaldeas en medio del campo ni comunas –me explica la exploradora de utopías Nati Quiró- y, de hecho, en Europa abundan las comunidades de carácter urbano y semiurbano”. En estas comunidades “compartes  gastos, aprendes a vivir con más gente, tomas decisiones en común, cuidas a los hijos de la comunidad como si fueran los tuyos…”
7. Únete a otros consumidores para lograr tus objetivos
Como reacción al reciente tarifazo de luz impulsado por el ministro Soria a instancias de Unesa, la OCU ha iniciado la campaña Quiero pagar menos luz, a la que ya se han adherido 200.000 hogares. La idea es utilizar el poder de compra colectivo de ese gran grupo (podemos estar hablando de 200 millones de euros al año) para negociar una tarifa más económica con las eléctricas.
Una buena iniciativa pero incompleta. Como decía al principio, más allá de lograr suculentos descuentos el consumidor tiene el poder de transformar el statu quo, en este caso el omnipotente oligopolio energético que dicta leyes en España. Si de verdad pretendes desenchufarte de una red eléctrica derrochadora, cara y contaminante sigue el punto 4 del decálogo: genera tu propia energía o pásate a una cooperativa de energías limpias.
Hace un par de décadas que venimos escuchando desde la publicidad el mantra “el cliente es el rey”. ¿Lo somos de verdad? De ser cierto, el consumidor debería poder asumir el rol de los debilitados sindicatos y utilizar su poder colectivo para lograr objetivos del tipo: 1. Mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores -por ejemplo “Compro en Mercadona porque trata mejor a sus empleados que Carrefour” (y se lo hago saber a esta última)-; 2. Castigar las agresiones al medio ambiente y, por qué no, 3. Conseguir rebajas en los precios.
8. No inviertas en Bolsa (ni dejes que otros lo hagan con tus ahorros)
La Bolsa es un gigantesco esquema Ponzi que necesita de tus ahorros para seguir creciendo y lucrar aún más a los que están en la cúspide. El llamado “capitalismo popular” fue un gigantesco fraude del que aún se están resintiendo millones de ahorradores de todo el mundo. Los 300.000 afectados por la estafa de las preferentes en España (200.000 de ellos por Bankia) son solo la punta del iceberg de los millones que vieron volatilizarse sus ahorros y sus pensiones por el desplome de los mercados de valores en el último lustro. Eso sí, quienes invirtieron en fondos de pensiones o de inversión vinculados a la bolsa tenían conocimiento del riesgo asumido, mientras los ingenuos jubilados que guardaban sus ahorros en Cajamadrid fueron directa y vilmente engañados.
El problema no es solo la imprevisible volatilidad de la bolsa sino la asimetría en la información que tienen los actores: el pequeño ahorrador se va a enterar sistemáticamente tarde, mal y nunca de las informaciones que hacen oscilar las cotizaciones y, como resultado, va a perder (o a ganar menos, que es otra forma de perder), transfiriendo paulatinamente su riqueza a los agentes financieros.
Como decía, la Bolsa solo crece si sigue fluyendo dinero fresco en sus voraces tuberías. Tal y como explicaAntonio Baños en su libelo La economía no existe, a partir de los años 80, los brokers financieros lograron convencer a los ahorradores de que “pusieran su dinero a trabajar”, una alianza contra natura de individuos con lógica aversión al riesgo (los pensionistas) y sus contrarios, corredores de bolsa adictos a la testosterona y con perfil de psicópatas. En palabras de Eliseo Oliveras, en El Periódico de Catalunya:
“La coña está en que los que están dispuestos a jugar al riesgo nunca son los propietarios del dinero. La apuesta personal de los agentes de riesgo nunca había sido tan leve como en aquel entonces. Eran jovencitos jugando con la pasta de ancianos.Los fondos de pensiones crecieron con especial rapidez, del 0,8% del mercado en 1950 al 30% en el fin de siglo”.
9. Recompensa a los autores por su trabajo
Sé que este punto no va a ser popular, pero, qué demonios, alguien tiene que decirlo. Mientras estaba documentándome para este artículo revisité el beligerante documental, The CorporationSi hace cinco años me lo pasaron en un CD tostado, esta vez lo vi en YouTube, como mandan los tiempos. Mi sorpresa fue que tras cada uno de los capítulos aparecía el director de la película, hablando en nombre de las 200 personas que habían trabajado en la misma, pidiendo humildemente una donación por su trabajo, “el documental canadiense más descargado de la historia”. Cansados de ver su obra disponible gratuitamente en internet, el director había decididosubirla en condiciones a YouTube y, al menos, pedir una dádiva.
No es este es lugar más apropiado para hablar sobre la codicia de discográficas y editoriales, los consabidos modelos de negocio obsoletos y la importancia de que la cultura sea libre y accesible para todos, pero lo que es innegable es el resultado de nuestra habilidad para esquivar la taquilla de los contenidos: “Internet está acabando con la clase media, tal y como advierte el activista digital Jason Lanier en esta interesante entrevista.
La gran mayoría de los creadores no están sentados en el banquete de la vida como Lady Gaga, Paulo Coelho oJames Cameron sino que son humildes jornaleros del pincel y de la pluma: escritores, actores, guionistas, intérpretes, cantantes, rapsodas que, como tú, tratan de ganarse el pan cada día. Si de veras quieres ser un Robin Hood recompénsales por su trabajo aunque sea con una cantidad simbólica. Sistemas como Flattr permiten hacer micropagos voluntarios al autor de una obra que has disfrutado gratuitamente, ya sea una canción, un YouTube o un artículo como el que estás leyendo.
10. Aprende a decrecer
Ya lo decía Albert Einstein: “El mayor problema de la Humanidad es que no entiende la función exponencial”. Si pides una hipoteca a 30 años por tu vivienda (lo sé porque estoy pagando una) acabarás pagando el triple de lo que pediste prestado… y eso si has conseguido un tipo de interés favorable. El acuerdo parece justo, en tanto yo necesito la casa hoy pero no dispondré del dinero hasta el futuro.
El problema es que este tipo de intercambio solo funciona en una economía en crecimiento, por ejemplo la que vivió este país casi ininterrumpidamente entre 1950 y 2007. Los que vivieron esa época –desde la autarquía al “España va bien”- comprobaron que hipotecarse era un buen negocio, y así echó raíces el característico patrimonialismo español. Pero los tiempos cambian y las actitudes se perpetúan, como explica genialmenteAntonio Turiel en el artículo Crisis de nuestros padres, y los más jóvenes siguen empeñados en acceder a una vivienda en propiedad aunque para ello tengan que sacrificar sus –con suerte- magros sueldos. Este hilo deBurbuja.info explica con un elocuente ejemplo la disonancia cognitiva que sufren los hijos cuando intentan aplicar las recetas económicas que les funcionaron a sus padres.
Uno de los efectos pérfidos del actual modelo de generación de dinero y pago de deuda con interés compuesto es una constante y gigantesca transferencia de recursos desde el 90% más pobre al 10% más rico, tal y como explica Albert Cañigueral en este ilustrativo artículo.
Pero el juguete del crecimiento se ha roto y muchos creen que no tiene arreglo: la carestía energética y el reflujo demográfico obliga a un decrecimiento paulatino o tal vez nos veamos abocados a una voladura (des)controlada. “Podemos comparar la expansión de la Humanidad con la levadura de cerveza: mientras hay un sustrato de hidratos de carbono, la colonia de bacterias se dispara y cuando esta se acaba, se colapsa –explica Javier Zarzuela, impulsor de la iniciativa Zarzalejo en Transición-. Tenemos la oportunidad de revertir ese proceso, de forma creativa y coger las riendas, ¿seremos capaces?”


(www.yorokobu.es)

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