14 de julio de 2009

INSOLIDARIA DUQUESA DE ALBA

El día nos sorprende con la historia de Vicente García Tudela, ex taxista desahuciado por el corrosivo paso del sida por su organismo desde que, en un atraco, le pincharon con una aguja infectada.

Desde que le diagnosticaron la enfermedad letal, ha ido empeorando, lo perdió todo y se gana los cuatro bocados diarios mendigando la caridad ajena en la línea 3 del metro de Madrid. Un día, cansado de mendigar y no queriendo esa vida para nadie, escribió una carta en la que contaba su desesperada situación y la envió al diario 20 Minutos (el único que, a la sazón, se hizo eco de ese lamento, y se ha volcado con él, junto a varios lectores de dicho periódico), a dos famosos empresarios (que ni le respondieron) y, (siendo éste el punto más anecdótico del suceso), a la duquesa de Alba (¿????), la cual le respondió “que lo sentía mucho pero que no podía hacer nada por él”.

Esta “buena señora”, una de las personas más multimillonarias de España, “no puede hacer NADA por Vicente”, pero, eso sí, “lo siente mucho”. De hecho, estoy seguro que no duerme desde que leyó la carta del mendigo. Y esta señora (que se ha estado quedando con el 80% de las subvenciones al campo andaluz por parte de la Unión Europea, “quizá por matarse los callos de las manos trabajando duramente la tierra, ¿no?”) fue nombrada “hija predilecta de Andalucía”, a pesar de la oposición de los (como siempre) minoritarios y eternamente inconformistas grupúsculos que protestamos contra ello (no porque la mayoría estuviese a favor de la medalla a la D de A, sino porque la mayoría no sale nunca de manifestaciones, pues está “comiendo hamburguesas, viendo la tele y jugando a la lotería”, que diría Morgan Freeman en “Seven”).

Ésta es la democracia que tenemos, ésta es la hipocresía de las instituciones que nos gobiernan, y ésta es la solidaridad de los ricos (bueno, no de todos: hemos de recordar a Bono, el líder de U2, cogiendo a todo un vicepresidente de los EEUU y diciéndole: “mañana te voy a enseñar lo que es la pobreza”; lo montó al día siguiente en un avión –que pagó el cantante de su bolsillo- lo llevó a las zonas más deprimidas del continente africano y, ante la estupefacción del boquiabierto gringo, le dijo: “así viven los pobres, gracias a vuestra política imperialista internacional”). De hecho, Bono no tiene escolta, no tiene seguridad privada, y se le puede ver haciendo la compra por tiendas sencillas del barrio dublinés de Dalkey. No, no me recuerda a la duquesa de Alba.

Me avergüenzo de pertenecer a una comunidad autónoma que declara “hija predilecta” a esta egoísta e insolidaria ricachona. No, hombre, no: las medallas para Bono o para Vicente, el pobre mendigo seropositivo.

Vaya desde aquí nuestro canto:

“Bono, Vicente: ABRE LA MURALLA
Duquesa de Alba: CIERRA LA MURALLA”.

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