La moderada, centrista y demócrata presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha sido denunciada por el PSOE por no aplicar la ley de dependencia en Madrid, donde hay 23.000 familias sin recibir la ayuda que dicha ley dispone, por una "pequeña negligencia".
Desde luego, está muy bien que se denuncie, aunque lo que sí me parece ingenuo es que alguien se extrañe de ello: en primer lugar, porque es una ley aprobada en el gobierno del PSOE (y no es la primera que intenta incumplir, pues también afirmó Aguirre que en los Institutos de Secundaria de la comunidad madrileña, "no se impartiría Educación para la Ciudadanía"); y en segundo lugar, porque se trata de una ley que beneficia a los pobres, que son los segundos enemigos del PP (los primeros son los socialistas, los vascos y los catalanes, en orden indiferente). Es sabido que el PP sólo legisla para beneficiar a los grandes capitales (véase, v.gr. los destinatarios de las privatizaciones de la era Aznar), a los obispos y a sus propias comunidades (por ejemplo, en Valencia, el PP ha quitado un adorno floral de un parterre para los fusilados de Paterna, porque tenían los colores de la bandera tricolor; por cierto, los que las han quitado son los mismos que se niegan a que se quiten los símbolos franquistas). El dinero, sencillamente, se lo debe llevar Telemadrid, para hacer televisión objetiva y democrática.
Nada de esto debe extrañarnos, pues estamos hablando de la derecha más extrema de Europa, junto a Le Pen y Haider. Todo esto contará siempre, obviamente, con el apoyo de Pedro Jota que, hace algo más de una semana, afirmaba en la COPE (respondo así, por alusiones, al artículo anterior sobre el 11M) que, digan lo que digan los jueces, él va a seguir pensando y diciendo siempre lo mismo.
Ahora que los Aznar, Rajoy, Zaplana y Acebes, viendo lo que se les viene encima respecto a la sentencia del 11M, empiezan ya con el "donde dije dije digo, digo Diego", Pedro Jota sigue ahí, fiel a la mentira y fiel al refranero: "calumnia que algo queda" o "inventa una mentira, extiéndela lo suficiente y dale tiempo". Con esto, el amigo mediático del PP nos subraya, una vez más, su respeto por los jueces, por las instituciones democráticas y por la verdad. Todo ello, eso sí, en perfecta coherencia con su ayuda al plan Ppero de inutilizar al Tribunal Constitucional.
Pero en fin, ¿qué podemos esperar de un señor que engañó a su propia esposa, vistiendo liguero y braguitas para tener sexo con una chica de color? (como ven, yo también conservo mi propia "memoria histórica"). Quien engaña a su propia esposa, ¿por qué iba a decirnos la verdad a los lectores del Boletín Oficial del PP, esto es, de El Mundo?
Desde luego, está muy bien que se denuncie, aunque lo que sí me parece ingenuo es que alguien se extrañe de ello: en primer lugar, porque es una ley aprobada en el gobierno del PSOE (y no es la primera que intenta incumplir, pues también afirmó Aguirre que en los Institutos de Secundaria de la comunidad madrileña, "no se impartiría Educación para la Ciudadanía"); y en segundo lugar, porque se trata de una ley que beneficia a los pobres, que son los segundos enemigos del PP (los primeros son los socialistas, los vascos y los catalanes, en orden indiferente). Es sabido que el PP sólo legisla para beneficiar a los grandes capitales (véase, v.gr. los destinatarios de las privatizaciones de la era Aznar), a los obispos y a sus propias comunidades (por ejemplo, en Valencia, el PP ha quitado un adorno floral de un parterre para los fusilados de Paterna, porque tenían los colores de la bandera tricolor; por cierto, los que las han quitado son los mismos que se niegan a que se quiten los símbolos franquistas). El dinero, sencillamente, se lo debe llevar Telemadrid, para hacer televisión objetiva y democrática.
Nada de esto debe extrañarnos, pues estamos hablando de la derecha más extrema de Europa, junto a Le Pen y Haider. Todo esto contará siempre, obviamente, con el apoyo de Pedro Jota que, hace algo más de una semana, afirmaba en la COPE (respondo así, por alusiones, al artículo anterior sobre el 11M) que, digan lo que digan los jueces, él va a seguir pensando y diciendo siempre lo mismo.
Ahora que los Aznar, Rajoy, Zaplana y Acebes, viendo lo que se les viene encima respecto a la sentencia del 11M, empiezan ya con el "donde dije dije digo, digo Diego", Pedro Jota sigue ahí, fiel a la mentira y fiel al refranero: "calumnia que algo queda" o "inventa una mentira, extiéndela lo suficiente y dale tiempo". Con esto, el amigo mediático del PP nos subraya, una vez más, su respeto por los jueces, por las instituciones democráticas y por la verdad. Todo ello, eso sí, en perfecta coherencia con su ayuda al plan Ppero de inutilizar al Tribunal Constitucional.
Pero en fin, ¿qué podemos esperar de un señor que engañó a su propia esposa, vistiendo liguero y braguitas para tener sexo con una chica de color? (como ven, yo también conservo mi propia "memoria histórica"). Quien engaña a su propia esposa, ¿por qué iba a decirnos la verdad a los lectores del Boletín Oficial del PP, esto es, de El Mundo?