Se nos ha muerto un héroe de la Solidaridad y la Utopía

El pasado viernes se reunía el equipo responsable de esta página y alguien apuntaba la dificultad de rellenar el apartado de Microutopías, de encontrar iniciativas y personas que destaquen por su apuesta por la utopía. ¿Es que no ya existen?, preguntó alguien.

No quise entonces responder, por no alargar la reunión, pero estoy convencido de que existen cientos, miles de personas silenciosas o casi desconocidas que, en el marco de grupos, organizaciones, ONGs…luchan ejemplarmente por la justicia y la solidaridad. No muerden al perro, no son extravagantes, no salen en Gran Hermano, por lo que nunca serán famosos. Pero existen y podemos seguir confiando en el ser humano gracias a ellos.

David Luque era uno de esos héroes de la solidaridad y se nos ha muerto.

Su familia compartía dos cosas: una enfermedad degenerativa que muy pronto los fue dejando casi ciegos y una terquedad militante en las causas de la solidaridad.

Histórico de las luchas solidarias, llegó a ser coordinador del Consejo Local de la Juventud, Presidente de Córdoba Solidaria, la plataforma que agrupa a las organizaciones sociales de la ciudad y desde allí, una militancia solidaria que no olvidaba su dimensión política, le empujó a dar el salto a la lucha institucional. Fue concejal por IU entre 1999 y 2003, haciéndose cargo del área de Cooperación y Solidaridad en el primer mandato de Rosa Aguilar como alcaldesa, ganándose el respeto y el cariño de políticos y organizaciones sociales. Durante su mandato, David consiguió que el presupuesto que el Ayuntamiento destinaba a cooperación y desarrollo alcanzara por primera vez el mítico 0,7% de las cuentas ordinarias.

Él nos enseño cómo el ejercicio de la política se puede hacer como servicio al ciudadano; cómo el fin de la política no nos empuja a casa o a la empresa privada, sino de nuevo a la calle, donde volvió a ser activo en las campañas por la abolición de la deuda externa. David ha construido, sin protagonismo, muchas de las estructuras formales e informales de solidaridad que hoy existen en Córdoba, y en las que muchos, poníamos su rostro. En un gesto que le honra, la importante Asamblea de Izquierda Unida de Córdoba, que se celebraba este fin de semana, se suspendió al conocer la noticia y eso hizo que su muerte llegara a las páginas de prensa.

Y todo ello con una inmensa alegría, un entusiasmo contagiante, una radicalismo que nunca fue contra nadie y que, en caso de conflicto ideológico, como la última vez que nos vimos -¿te acuerdas David?-, nos remitía a un diálogo que nos enriqueciera mutuamente.

No podremos tener ese encuentro, David, pero tus palabras y tu ejemplo nos acompañará, porque como decía una de tus canciones sandinistas preferidas tú eres de los muertos que nunca mueren.