31 de octubre de 2007

De Aguirres y PedroJotas

La moderada, centrista y demócrata presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha sido denunciada por el PSOE por no aplicar la ley de dependencia en Madrid, donde hay 23.000 familias sin recibir la ayuda que dicha ley dispone, por una "pequeña negligencia".

Desde luego, está muy bien que se denuncie, aunque lo que sí me parece ingenuo es que alguien se extrañe de ello: en primer lugar, porque es una ley aprobada en el gobierno del PSOE (y no es la primera que intenta incumplir, pues también afirmó Aguirre que en los Institutos de Secundaria de la comunidad madrileña, "no se impartiría Educación para la Ciudadanía"); y en segundo lugar, porque se trata de una ley que beneficia a los pobres, que son los segundos enemigos del PP (los primeros son los socialistas, los vascos y los catalanes, en orden indiferente). Es sabido que el PP sólo legisla para beneficiar a los grandes capitales (véase, v.gr. los destinatarios de las privatizaciones de la era Aznar), a los obispos y a sus propias comunidades (por ejemplo, en Valencia, el PP ha quitado un adorno floral de un parterre para los fusilados de Paterna, porque tenían los colores de la bandera tricolor; por cierto, los que las han quitado son los mismos que se niegan a que se quiten los símbolos franquistas). El dinero, sencillamente, se lo debe llevar Telemadrid, para hacer televisión objetiva y democrática.

Nada de esto debe extrañarnos, pues estamos hablando de la derecha más extrema de Europa, junto a Le Pen y Haider. Todo esto contará siempre, obviamente, con el apoyo de Pedro Jota que, hace algo más de una semana, afirmaba en la COPE (respondo así, por alusiones, al artículo anterior sobre el 11M) que, digan lo que digan los jueces, él va a seguir pensando y diciendo siempre lo mismo.

Ahora que los Aznar, Rajoy, Zaplana y Acebes, viendo lo que se les viene encima respecto a la sentencia del 11M, empiezan ya con el "donde dije dije digo, digo Diego", Pedro Jota sigue ahí, fiel a la mentira y fiel al refranero: "calumnia que algo queda" o "inventa una mentira, extiéndela lo suficiente y dale tiempo". Con esto, el amigo mediático del PP nos subraya, una vez más, su respeto por los jueces, por las instituciones democráticas y por la verdad. Todo ello, eso sí, en perfecta coherencia con su ayuda al plan Ppero de inutilizar al Tribunal Constitucional.

Pero en fin, ¿qué podemos esperar de un señor que engañó a su propia esposa, vistiendo liguero y braguitas para tener sexo con una chica de color? (como ven, yo también conservo mi propia "memoria histórica"). Quien engaña a su propia esposa, ¿por qué iba a decirnos la verdad a los lectores del Boletín Oficial del PP, esto es, de El Mundo?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que usar insultos personales deba ser parte del estilo de este sitio, por muy ciertos que sean y lo absurdo del personaje en cuestión.

Sólo quien ama vuela dijo...

Por más que releo el artículo no veo ningún insulto en él. Si es tan amable de decirme qué le molesta o le parece insultante...

Anónimo dijo...

Dejando claro que Pedro "J" Calvorota no me simpatiza, me parece que juzgar la infidelidad se debe hacer sólo desde la moral y esa es personal y no sirve para hacer silogismos.

Algo parecido me parecen las diversiones sexuales de cada cual y el color de la piel de la persona con la que se acuesta cada uno.

Vamos que usemos argumentos con sentido y del ámbito del que se esté hablando y no recurramos a demagogias y peroraciones ruines.

Anónimo dijo...

Amigo Anónimo:
"Pedro J. Calvorota" no es , en ningún caso, un apodo que hayamos usado nosotros sino Vd.
Respecto a su comentario (cuya crítica aceptamos, desde luego, aunque no compartimos) debo aclararle algunas cuestiones:
1- El ejemplo que pongo me parece pertinenete al hilo de lo argumentado: cuestionábamos la fiabilidad de Pedro J. y es en ése contexto donde se pone el ejemplo personal, que subrayo de nuevo: quien miente (y nada menos que a su propia esposa) puede mentirme a mí, anónimo lector de su diario.. Respecto a la alusión a su mentira, no incluye absolutamente ningún juicio sexual, y mucho menos racista: describe fidedignamente lo que ocurrió, sin más. Y, como Vd habrá entendido sin duda, el comentario no apunta al contenido del acto ni al color de la piel de la compañera, sino al acto mismo de la infidelidad, no entendida como una concepción concreta sexual, sino como engaño, y éste, sin duda, sí que tiene implicaciones morales. El juicio sobre la materia sexual se lo dejo a los obispos, expertos en ello.
Por otra parte, entender la moral como algo EXCLUSIVAMENTE personal es unidimensional y, por ello, reduccionista. Cualquier experto en moral, por muy conservador que fuera, le explicaría gustoso que la moral tiene también una implicación comunitaria y otra social.
Existe, de hecho, una moral social, que regula, entre otras cosas, los sistemas económicos, los regímenes políticos, los acuerdos tácitos de la convivencia humana y, también, el código deontológico mediático, cuya primera norma es la verdad y veracidad de la información (exactamente lo contrario de la manipulación).
Si Vd confunde el ámbito de la decisión última con el de la creación de valores (incluso en un sentido nietzscheano), sin ninguna responsabilidad hacia el prójimo (bajo el subterfugio de que "es personal"), Vd se saldría, sencillamente, del discurso ético y estaría en el ámbito, pre-anarquista incluso, de la selva de Hobbes (donde no hay absolutamente ninguna regulación normativa -no hay "pacto social"- y el salvaje "hace lo que le da la gana"). Pero ese ámbito es pre-moral, anterior a la creación ética que, como diría José Antonio Marina, forma parte del pacto, y es el mejor uso de la inteligencia para resolver los problemas humanos y sociales.
Pues, de no ser así, habría que conceder a Bin Laden, por ejemplo, o a De Juana Chaos, o Iñaky Bilbao, total legitimidad moral, pues "hacen lo que quieren personalmente".
Ahí puede radicar la solución a su paradoja entre el "relativismo" y el "dogmatismo". De nuevo, le tomo prestadas las palabras al profesor Marina: "La moral no nace del ámbito del deseo, sino del de la inteligencia encaminada al entendimiento humano".
En todo caso, reconozco lo peliagudo de la cuestión que Vd plantea y le concedo que se trata de un problema que lleva ocupando a los filósofos más de veinticinco siglos. Pero esto es filosofía, no crítica política.
Pequi

Anónimo dijo...

Estimado Sr. Pequi,

Deduzco de sus últimos comentarios que pertenece usted al noble gremio de la filosofía (por su incapacidad para la síntesis ya lo había supuesto previamente) por lo que no voy a entrar con usted en discusiones que seguro domina mejor que yo.

Comentarle que lo de pedroJcalvorota es como cariñósamente lo llamaban en Gomaespuma y no pretendía ser más que un pequeño homenaje a estos dos monstruos. De toda su posterior disertación sobre la moral, simplemente un inciso, ¿sabe usted si realmente era un engaño a su mujer o está suponiendo que su pacto matrimonial es universal? Y otra cosita: incluso si categóricamente pudiéramos definir ese acto puntual como de engaño, ¿se puede universalizar a todas las esferas de la vida y suponer que se va a actuar del mismo modo en todas ellas? ¿No cree usted que haya personas que mientan en la esfera personal y en la pública sean incapaces? ¿No son estas contradicciones en el ser humano las que lo hacen tan grande?.

Anónimo dijo...

Amigo Anónimo:
Antes de nada, debo decirle que espero y deseo que la concepción que tenga Vd de la filosofía y los filósofos sea algo más "que su incapacidad de síntesis", que, por otra parte, es un defecto personal mío, no necesariamente de mi gremio (y por el que le pido disculpas, por tener Vd que padecerlo).
Y ya que ha acertado Vd mi profesión, yo voy a intentar ir un poco más lejos, a ver si adivino su identidad: ¿eres Chemi?
En cualquier caso, le respondo a Anónimo (pues así me consta):
Cuando yo mencioné el "pacto", no me refería a "pacto matrimonial" sino "social", o sinónimo de "contrato social".
Respondiendo a sus preguntas, hemos hablado de engaño porque así lo transmitieron los medios en su día: primero, la decepción de Ágata Ruiz de la Prada, y después su "perdón", ninguno de los cuales, obviamente, tendrían sentido si los "affairs" de Pedro J "hubiesen sido pactados".
Obviamente, espero que Vd me conceda que no presupongo, de ningún modo, que mi "concepción o pacto matrimonial" deba ser universal. Todo lo contrario. Sólo faltaría que no tuviéramos libertad para decidir en pareja los términos de nuestras relaciones. Sólo porque lo de Pedro J. era un engaño, me podía valer como ejemplo, pero jamás si hubiese sido un pacto entre ellos.

Respecto a la segunda pregunta, por supuesto que una "mentira" no supone que se tenga que mentir siempre. También es obvio que lleva Vd razón en eso; yo sólo argumenté, y eso sí es a nivel personal, que yo no me fío de él. Lo de sus juegos amorosos extraconyugales, para mí son una anécdota más y no la más importante. Simplemente, he visto mentir a Pedro J. en muchas ocasiones y de muchas maneras (obviando parte de la realidad-la que no le conviene contar-, diciendo medias verdades, manipulando y, en algunos casos, diciendo falsedades directamente). Lo que no creo que Vd me discuta es la obsesión de Pedro J con el PSOE: la tenía con FG y la sigue teniendo con ZP. Ha hecho de la persecución al SOE su opción fundamental profesional, si no de vida. Y las obsesiones... ya se sabe.Quizá debiera haber montado una agencia de detectives, pero no un periódico para llevarse tres años y medio jugando a Colombo y dando por verdades lo que no son sino hipótesis forzadas y judicialmente refutadas.
Pero lo que sí me parece realmente absurdo es que yo escribiera una reflexión de crítica política, y llevemos ya seis comentarios discutiendo sobre un ejemplo. Si no le vale a Vd el ejemplo, pues tírelo a la basura y discútame el fondo del artículo. En lo que a mí respecta, no quiero seguir hablando de Pedro J, pues convertirlo en mártir en un regalo que él, en ningún caso, merece.
Y si a Vd le pareció que desvarié filosóficamente es porque "quien calla, otorga" y a mí tampoco me sedujo su conclusión sobre lo moral (pues la vi, no falsa pero sí bastante incompleta y matizable).
Ahora bien, una cosa sí que tenemos Vd y yo en común (siempre que no sea Chemi, en cuyo caso, tendríamos infinitamente más): nuestra admiración y simpatía por Gomaespuma.
Un abrazo y gracias por su paciencia con mi incontinencia verbal (sin ironía alguna).
Pequi

Rebelion

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