7 de octubre de 2007

Neocapitalismo radical en España

Diez familias y dieciocho empresarios controlan las grandes empresas (teniendo en su poder el 20´14% de las corporaciones del Ibex). Como botón de muestra, baste saber que los dos primeros ejecutivos mejor pagados del Ibex ganan más que todo el Congreso.

Recordando aquel lema marxista del Manifiesto Comunista ("Proletarios del mundo, uníos"), no nos queda más remedio que aceptar la derrota histórica de la verdadera izquierda frente al dragón del neoliberalismo. No cabe duda de que quien, de verdad, se ha apropiado del lema marxista ha sido el capital. Hoy asistimos, más que nunca, a un incremento imparable de las fusiones del capital, mientras que la clase trabajadora se desgaja cada vez más ("defendida" por unos agentes sindicales liberados, que cobran la nómina del Estado capitalista). Esto huele mal.

Y así, mientras la concentración del capital avanza inexorablemente hacia límites realmente indecorosos (por favor, lean los beneficios netos del BBVA y del BSCH en el pasado ejercicio), la alternativa utópica de un internacionalismo sindical brilla por su ausencia.

Y todos los congresistas que legislan la vida de cuarenta y dos millones de españoles, ganan menos que los dos primeros ejecutivos. ¿Todavía duda alguien de la subordinación del poder político al económico? En fin, cosas de la globalización neoliberal, a cuyos partidarios les brindo mi más sincera felicitación.

Ah, y una pregunta de última hora: si la inmensa mayoría de la ciudadanía (no confundir con la asignatura de la discordia y los vídeos) no es la beneficiada de esta globalización, ¿cómo es que puede asistir tan impasiblemente a este Nuevo Desorden Económico Internacional? ¿Cómo es posible que la inmensa mayoría de la sociedad acepte estar trabajando entre treinta y cuarenta años para pagar los intereses hipotecarios de SU PRIMERA VIVIENDA, engordando hasta la indecencia los pingües beneficios de "cuatro banqueros"? ¿Cómo puede parecernos éste "el mejor mundo posible"? Y, si no nos lo parece, ¿cómo es que no nos organizamos para combatirlo y sustituirlo?

¿Qué clase de droga anestesiante nos han dado? ¿Tendrá que ver con la TV, con Gran Hermano o el fútbol? ¿Tendrá que ver con estúpidas cortinas de humo, del tipo quema de fotos y banderas, o del tipo hecatombes nacionales a causa de una asignatura de Secundaria?

No sé, pero sospecho que me estoy volviendo paranoico.

Para saber más: Breve antología de términos económicos, Nuevo Diccionario para andar por la aldea global.

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