13 de febrero de 2014

Los cimientos de la unidad que necesitamos


Quiero dar una nueva vuelta de tuerca a la reflexión sobre el momento político que vivimos y las dificultades que encontramos para darle una respuesta adecuada desde la política. Cuando estalló la crisis económico-financiera vislumbré la posibilidad de que la política pudiera emerger y salir de su posición subsidiaria, sometida, al poder económico. La situación de debilidad y vulnerabilidad del sistema financiero lo hubiera hecho posible. Sin embargo si esa oportunidad existió se esfumó. No hubo actores políticos con capacidad para aprovecharla. El 15M visibilizó en España el trasfondo político de la crisis. Fue una expresión espontánea, a partir de una convocatoria de un grupo minoritario pero muy consciente de las carencias democráticas. Tuvo un eco desbordante en la ciudadanía . Era inimaginable para partidos y sindicatos que algo así pudiera ocurrir en España. La indignación encontró expresión y apoyo social. Pero a día de hoy sigue pendiente encontrar una expresión de esa indignación en una alternativa política que tenga capacidad de desbordar de nuevo la situación. Necesitamos un 15M.2 En los últimos meses se han dado pasos en esa dirección desde diferentes iniciativas: Frente Cívico Somos Mayoría, #Reinicia la DemocraciaConstituyentesAsambleas CiudadanasPodemos, Suma, Ciudadanos,… . Y las elecciones europeas están sirviendo de catalizador para lograr un espacio común que exprese la necesidad de cambiar las reglas de juego para dar a la ciudadanía el poder de decisión en las políticas económicas que hoy tiene la Troika. El manifiesto del Partido Verde Europeo expresa con claridad cuáles son las prioridades para Europa: Democratizarla mediante una gran alianza de los demócratas, propiciando un proceso constituyente de abajo a arriba, dónde la ciudadanía tenga la palabra desde el inicio hasta el final del mismo. Sólo así, dice el manifiesto, se darán las condiciones para que las diferentes visiones de cómo construir un futuro deseable y posible, puedan concurrir. Es decir, necesitamos democracia para que el giro copernicano socioambiental de las políticas económicas que defendemos desde el Partido Verde Europeo sea posible. Si esto es así, ¿qué estrategia seguir para hacerlo posible? Ese el debate abierto en Equo. 
¿Qué es lo que justifica y hace necesario, además de urgente, un esfuerzo de unidad?  Me gustaría plantear aquí, como punto de partida, la diferencia entre estrategia (para conseguir objetivos políticos) y táctica (para conseguir diputados que puedan contribuir a lograr los objetivos políticos estratégicos).
Enfoco la necesidad de unidad en el nivel de alianza estratégica por la democracia: no hay democracia si gobiernan los mercados. Pues bien, siendo eso así, gobernando Europa la Troika y vaciando de contenido y autonomía política a los parlamentos, desde el Europeo al Andaluz, necesitamos unirnos para conquistar la democracia y recuperar el derecho a la diversidad ideológica. Una vez obtenido un marco para la diversidad de políticas económicas, imposible en la Europa de la Troika y en el marco del actual Tratado, la diferencia es necesaria: será entonces el momento de entablar la discusión entre la salida conservadora, liberal, socialdemócrata,  la comunista y la ecologista. Una vez conseguida esa democracia de la que carecemos, una vez planteadas las bases de un equilibrio socioambiental de la economía, habrá tiempo, será el momento, de hilar más fino. 
Para el primer objetivo hace falta la alianza de todos los demócratas críticos con el dominio de la Troika sobre Europa. Con independencia de que podamos concurrir en listas diferentes, como parece lo más probable a día de hoy, se debería empezar a construir y visibilizar esta alianza). El momento actual pide esa unidad con más urgencia de lo que los partidos políticos actuales somos capaces de articular. Todos, sin excepción, tenemos que decidir si anteponemos intereses partidistas a los intereses sociales y políticos para los que hemos creado los partidos. Yo he entrado en política para conseguir objetivos políticos y entiendo mi partido, Equo como una herramienta válida para ello, la más válida que conozco a día de hoy. Me siento a gusto en Equo porque creo que así lo entendemos la mayoría. Ahora tenemos la oportunidad de demostrarlo. Creo que los dos partidos ecologistas miembros del Partido Verde Europeo, Equo e ICV, tendríamos que sentarnos para definir juntos una estrategia para definir una estrategia común, más allá del tacticismo electoral.
Para que ello sea posible, para la unidad de los demócratas, hay que crear un espacio nuevo. IU, que lo ha intentado con SUMA, no es ese espacio. Pero es necesaria IU para lograr una mayoría de demócratas para cambiar las reglas de juego. Y en ese espacio común deberíamos confluir, lo antes posible. #Podemos puede ser ese espacio si, y sólo sí, desborda a sus promotores: si lo tomamos y hacemos nuestro el conjunto de los demócratas críticos con la Troika. Si no es así (lo cuál es lo más probable a día de hoy) Podemos será un partido más que entrará a competir en espacio tanto con IU como con Equo. Por tanto, no es indiferente para nosotros lo que ocurra con esta iniciativa. Y si no es indiferente es un actor emergente con el que es clave sentarse a hablar en serio, dispuestos a confluir en los términos que planteo aquí: creación de un espacio común. Esto es posible porque, a diferencia del espacio IU, está en construcción. Y porque tiene un nombre que no llama a confusión sobre sopa de siglas. Y porque ya me gustaría a mí que hubiera sido Equo quién promoviera este espacio. Desde que me presenté como candidato de Equo en las primeras elecciones vengo repitiendo que sólo daremos un vuelco a la situación cuándo nos demos cuenta que PODEMOS. ¿Estamos dispuestos a creer que podemos?
(Esteban de Manuel)

Rebelion

Web Analytics