Jordi Calvo Rufanges
Diario de un altermundista
Una representación de 30 ONGDs, campañas, partidos políticos y sindicatos catalanes y españoles entregaron el miércoles 8 de julio de 2009, en la flamente sede de Gas Natural en la Barceloneta (Barcelona), un manifiesto que recoge las denuncias de vulneración de los derechos humanos y el abuso de poder de Unión Fenosa en Guatemala recibidos desde la sociedad civil guatemalteca. Este manifiesto ha sido entregado a Gas Natural por ser la máxima accionista de Unión Fenosa y por tanto, ser su principal propietaria y responsable de las actividades irresponsables de esta empresa, como la adquisición irregular de la empresa pública de distribución eléctrica por parte de Unión Fenosa en Guatemala o las represalias de Unión Fenosa contra la población dejando sin suministro eléctrico a las comunidades que protestan por las altas tarifas, la mala calidad del servicio y los cobros indebidos. Estas denuncias no son nuevas en Latinoamérica -ni para las multinacionales españolas-, sino que se añaden al extenso currículum que acumula Unión Fenosa en Nicaragua, República Dominicana o Colombia. Mientras aquí nos congratulamos de las subidas del IBEX 35, allí donde extraen sus beneficios las grandes empresas de capital español, sufren sus abusos.
Diario de un altermundista
Una representación de 30 ONGDs, campañas, partidos políticos y sindicatos catalanes y españoles entregaron el miércoles 8 de julio de 2009, en la flamente sede de Gas Natural en la Barceloneta (Barcelona), un manifiesto que recoge las denuncias de vulneración de los derechos humanos y el abuso de poder de Unión Fenosa en Guatemala recibidos desde la sociedad civil guatemalteca. Este manifiesto ha sido entregado a Gas Natural por ser la máxima accionista de Unión Fenosa y por tanto, ser su principal propietaria y responsable de las actividades irresponsables de esta empresa, como la adquisición irregular de la empresa pública de distribución eléctrica por parte de Unión Fenosa en Guatemala o las represalias de Unión Fenosa contra la población dejando sin suministro eléctrico a las comunidades que protestan por las altas tarifas, la mala calidad del servicio y los cobros indebidos. Estas denuncias no son nuevas en Latinoamérica -ni para las multinacionales españolas-, sino que se añaden al extenso currículum que acumula Unión Fenosa en Nicaragua, República Dominicana o Colombia. Mientras aquí nos congratulamos de las subidas del IBEX 35, allí donde extraen sus beneficios las grandes empresas de capital español, sufren sus abusos.
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