17 de abril de 2014

Leopoldo López: historia de la Voluntad Popular Venezolana

 1. La CIA lo crió para asesinar
          ¿Qué tienen en común el General norteamericano David Petraeus, ex director de la CIA que reciente­mente renunció, y Leopoldo López Mendoza, jefe de las hordas fascistas que pretenden acabar con la obra de Chávez? Ambos están vinculados a la Kennedy School of Government, de la Universidad de Harvard, un conoci­do criadero de oficiales de la Agencia Central de Inteligencia.
          Muchos elementos en la vida de López, además de su actual actividad de provocador golpista, lo vinculan a los órganos de inteligencia estadouni­dense. Hijo de una familia que siempre prosperó en las más altas esferas de la fauna política derechista, se identifi­có desde joven con Estados Unidos y las élites del universo imperial.
            Típico hijo de papá – de los que cre­cen sobreprotegidos detrás de los muros de mansiones opulentas en los barrios más exclusivos de Caracas –, López fue enviado por su familia, ya con 18 años, donde los privilegiados del sur envían a sus herederos a com­prarse un futuro.
            Es así que, en 1989, el joven López desembarca en el muy exclusivo Ken­yon College, en el estado de Ohio, desde el cual descubrirá a su nueva patria. Casi cinco años se pasó en esta prestigiosa institución reservada a los ricos: El costo anual del prestigio académico para chiquitos con plata se eleva, hoy en día, a 60.000$ (sesenta mil) dólares del Tío Sam, una verda­dera fortuna.
La CIA no recluta a su gente entre los pobres. Del Kenyon College, se sabe desde siempre, que la CIA controla elementos entre sus profesores cuya tarea es identificar a los alumnos que pudieran ser útiles, tarde o temprano, a la “compañía”.

2. Aprendió a torturar
          De los años de la época de la Gue­rra Fría, se conoce el caso famo­so del poeta John Crowe Ransom, que fue considerado por la CIA como un “activo” importante, cuando enseñaba en el Kenyon College, según afirman expertos en la materia.
          Su revista literaria, Kenyon’s Review, de gran influencia entre los intelectua­les, fue financiada por la agencia, con fines de penetración de este mundo de difícil acceso. Hay testimonios de que Ransom estaba ayudando a re­clutar, potenciales empleados para la CIA, entre los estudiantes. Uno de los alumnos de Ransom, Robie Macauley, pertenecía a la nómina de la agencia cuando sucedió a Ransom como edi­tor. Tanto prestigio tiene Kenyon en la ´agencia´, que Michael Morrell, núme­ro dos de la “compañía”, además de ocupar dos veces la dirección interi­na, y que recientemente se jubiló des­pués de 33 años en Langley, escogió pronunciar ahí su primera conferencia de oficial retirado. Entre otras cosas, Morell habló con los alumnos de tortu­ra, específicamente de simulacros de ahogamiento (waterboarding).
            Es difícil creer que López, latinoame­ricano de familia rica, no fuera moni­toreado y fichado por los “activos” de Kenyon.No puede ser, por casualidad, que López luego reaparece en la Universi­dad de Harvard – otro antro de los que sí tienen plata–, y específicamente en el Kennedy School of Government, donde obtuvo una Maestría en Políti­cas Públicas en 1996.
            La Kennedy School de Harvard es otro terreno donde andan los cazado­res de cabezas de Langley. Varios he­chos lo enseñan.Gracias a su mamá, Antonieta Men­doza de López, quien fue Directora de Asuntos Públicos de la empresa PDV­SA, de regreso en Venezuela, Leopol­do López ocupa el cargo de Analista, Asistente al Economista Jefe, y Ase­sor Económico en la Coordinación de Planificación de empresa petrolera nacional.
            Es también, gracias a una donación de su mamá, que desvió fondos de PDVSA a beneficio de las aventuras políticas de su hijo, que López debe­rá, más tarde, su presencia ante los tribunales, donde tendrá que explicar este fraude.

3.Voluntad Popular   nazi  inspiración
          Pronto el político se conecta a la CIA, más bien a una conocida fachada de la “compañía”, el Inter­national Republican Institute (IRI) del Partido Republicano, que le extende­rá luego todo su apoyo estratégico y financiero. Con este propósito, reali­zó, a partir de 2002, frecuentes viajes a Washington, tanto a la sede del IRI, como en encuentros con funcionarios del Gobierno de George W. Bush.
Mientras tanto, se integra a la Aso­ciación Civil Primero Justicia, que lue­go se convertirá en partido político, que hoy encabeza su rival, Henrique Capriles Radonski.           Este, otro hijo de papá, también constituye un elemento del mecanismo desestabilizador pro­gramado por la CIA, el Departamento de Estado y de su Embajada en Ca­racas.
El 11 de abril de 2002, encabeza la marcha de la oposición golpista al Palacio de Miraflores, que provocó la muerte de decenas de personas y, luego, el secuestro del Presidente Hugo Chávez.
          Entonces se implicó en el criminal arresto del Ministro de Interior y Jus­ticia, Ramón Rodríguez Chacín. La causa judicial contra López, por estos hechos, fue cesada el 31 de diciembre del 2007, debido a la amnistía otorga­da por el propio Presidente Chávez.
A pesar del fracaso del plan CIA de desestabilización, López siguió des­de entonces con sus provocaciones fascistas, inspiradas en los manuales de la inteligencia yankee.    A finales de febrero de 2004, fue uno de los jefes de la guarimba de Chacao, donde era alcalde, para “forzar” la renuncia del Presidente Chávez, provocando más muertos.
            Frustrado por no ocupar el puesto de líder en otros partidos, López crea el suyo propio, denominado Voluntad Popular, donde da libre curso a sus ideas extremistas de inspiración cla­ramente nazi. También promueve las llamadas “Redes Populares”, una ini­ciativa financiada por la Usaid, con el objetivo de penetrar a las comunida­des y romper las filas revolucionarias, al reclutar personal remunerado para las acciones desestabilizadoras, su­puestamente “espontáneas”.
López es primo de otro agente de la CIA, Thor Halvorssen, autoproclama­do jefe de la Human Rights Founda­tion, una criatura CIA que conspiró en el fracasado golpe contra el Presiden­te Boliviano Evo Morales, en 2009. La sucursal boliviana, de la falsa ONG de Halvorssen, era dirigida por el terro­rista cubanoamericano Armando Va­lladares, viejo cómplice de la agencia de inteligencia norteamericana.
            Personajes como López, en América Latina y en el mundo entero, donde el imperio lucha por sus intereses, son raramente de generación espontánea. Nada se debe a la casualidad. Was­hington tiene sus fábricas de “líde­res” que proveen, a sus mecanismos de inteligencia, el material necesario para sus planes maquiavélicos. “Lí­deres” formados, en sus academias, para ser futuros desestabilizadores de todas las procedencias, a la imagen de su amo imperial.

5. La lucha no es política, enfrentamos un grupo insurrecto armado
          Nunca antes en su historia, había surgido un grupo terrorista en Venezuela, hasta que nació la célula insurrecta denominada Voluntad Po­pular. Voluntad Popular surgió como un partido político, pero, en los últimos meses, se convirtió en una célula cri­minal que golpea la tranquilidad del país. Esa era su agenda oculta. Pa­sar de un partido político, a un grupo terrorista. Entre sus miembros existen paramilitares y mercenarios centroa­mericanos.
          Es directa la relación de este grupo con el narcotráfico y el paramilitaris­mo. Varios de sus líderes, incluso, son criminales internacionales que están siendo buscados por la Interpol. Se han capturado, por lo menos, a diez criminales solicitados internacional­mente por terrorismo.
          “Nosotros, preservando las liberta­des públicas, vamos a combatir seve­ramente, con la ley en la mano, a los grupos insurgentes”, advirtió el Presi­dente de la República, Nicolás Madu­ro. El Jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, José Padrino López, lo había advertido: Enfren­tamos una insurrección armada. El Ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, también lo ratificó: “Pasamos de unas protestas violen­tas, a una insurrección armada”, pre­cisó.
            Voluntad Popular ha asesinado a 41 personas, desde el pasado 12 de fe­brero. Disparos certeros en la cabeza, es su principal modus operandi.
“Yo tengo compromiso de defender, con la ley en la mano, a la sociedad venezolana”, explicó Maduro, en un mensaje a la Nación. Estos grupos “ya están armados para insurgir con­tra el Estado, contra el Gobierno, para hacerle daño a la sociedad”, aseguró.
            La insurgencia armada, señaló, “está articulada, tiene redes, tiene grupos y, no han ido más allá, porque no los he­mos dejado, y no los vamos a dejar”.
“¿Luchas pacíficas? ¿Han visto todo lo que ha ocurrido y lo llaman pacífi­co?”, preguntó el Gobernador del es­tado Anzoátegui, Aristóbulo Istúriz. “¿Hay o no hay paramilitares ahí? Esa es la pregunta que nos tenemos que hacer”, agregó.
            El pasado 4 de abril, Maduro indicó que se debe continuar con la inves­tigación y captura de los criminales, que pretenden generar el caos y la violencia en el país, esto, luego de la captura de tres ciudadanos en los estados Táchira y Barinas, vinculados con el paramilitarismo y el narcotráfi­co, solicitados por la Interpol.
Miembros de Voluntad Popular apli­can “métodos del terrorismo colom­biano, del paramilitarismo colombia­no”, describió Maduro.
            En las acciones terroristas está invo­lucrada “la mano del paramilitarismo colombiano” y de Álvaro Uribe, de­nunció el Ministro Rodríguez Torres. Uribe Vélez es uno de los financistas, y es el que “propicia las actividades criminales de Voluntad Popular en Ve­nezuela”, con el propósito de derrocar al Gobierno constitucional de Nicolás Maduro, añadió Rodríguez Torres.
            ¿Qué hacemos? ¿Nos hacemos los locos, o hacemos respetar los dere­chos humanos?”, preguntó Maduro, al país.

6.Voluntad Popular ataques en 2 meses que ha perpetrado
          Para que haya paz en Venezuela, primero debe haber justicia. Más de 18 mil ataques terroristas ha per­petrado el grupo criminal denominado Voluntad Popular, desde el pasado 12 de febrero, cuando activó el Golpe de Estado contra Nicolás Maduro.
          El Jefe de este grupo insurrecto, Leopoldo López, actualmente deteni­do, enfrenta cuatro acusaciones judi­ciales. López se entregó a la Justicia venezolana luego de descubrir que, miembros de su propio grupo criminal, querían asesinarlo. Sin embargo, cé­lulas terroristas de Voluntad Popular se mantienen en algunos puntos de la Gran Caracas, y en pocas urbaniza­ciones del interior del país.
          Este grupo criminal trabaja con apo­yo de paramilitares colombianos y mercenarios centroamericanos. Su financiamiento viene por dos vías fun­damentales: Barack Obama, es una, y, la otra, por el narcoparamilitarismo, comandado por el ex Presidente co­lombiano Álvaro Uribe Vélez.
          Más de 15 mil millones de dólares en pérdidas, han generado al país estos ataques terroristas. La cifra represen­ta la mitad de las Reserva Internacio­nal de Venezuela.
Uno de los más crueles ataques del grupo criminal, Voluntad Popular, fue la quema de un preescolar, con 89 ni­ños adentro. Este grupo también des­trozó 15 universidades nacionales, incluyendo el incendio de la sede de la Universidad Nacional Experimental de las Fuerzas Armadas, en Táchira. Al mismo tiempo, esta organización criminal ha destrozado sedes minis­teriales, centros de salud, sistema de transporte público, alumbrado público.
            Hasta ahora, el grupo criminal Volun­tad Popular ha ocasionado la muerte de 41 venezolanos y venezolanas. Los asesinatos selectivos son una práctica común de los insurrectos. Va­rios líderes y lideresas sociales han sido asesinados con el uso de franco­tiradores.
            Tres narcoparamilitares fueron cap­turados liderando células terroristas de Voluntad Popular: Hugo Alberto Nuncira Soto, quien presenta soli­citud de ´difusión roja´ por la Policía Criminal Internacional (Interpol, por sus siglas en inglés); Adrison Freidere Mosquera, solicitado por el delito de contrabando y quien, durante el mo­mento de su captura, fue hallado con un fusil de guerra y cartuchos calibre 7.62, entre otras municiones; y Ga­briel Alejandro Reyes Beltrán, uno de los narcotraficantes más buscados por autoridades internacionales.
            Voluntad Popular es el único grupo terrorista en el Mundo que cuenta con el apoyo de transnacionales de la co­municación: CNN (EEUU), el Grupo Prisa (España), el Grupo Clarín (Ar­gentina), la Red O Globo (Brasil), Te­levisa (México), Fox News (EEUU), El Tiempo (Colombia), entre otras redes regionales, que difunden “como nece­sarias” las acciones criminales de Vo­luntad Popular.
            María Corina Machado, una de las criminales lideresas de la insurrección armada en Venezuela, mantiene una agenda internacional en alianza con las oligarquías de Perú, Colombia, España, México y Panamá.
            Desmantelar al grupo terrorista Vo­luntad Popular, es uno de los pasos fundamentales, para alcanzar la paz en el país. Para que haya paz, prime­ro debe darse, en Venezuela, un pro­ceso amplio de justicia.

7.Amnistía sin arrepentimiento
          La oposición venezolana está soli­citando una “AMNISTÍA” al Presi­dente Nicolás Maduro, y que les sean “perdonados” los crímenes y delitos de lesa Patria, a los delincuentes que están presos por masacrar al pueblo, el 11 de abril del 2002, para tumbar el Gobierno del Presidente Chávez. Perdonar a los que pusieron bombas en embajadas, y una bomba en el ve­hículo, donde murió quemado el Fis­cal Bueno Danilo Ánderson. Perdonar a los que incendiaron el Ministerio de Hábitat con un Preescolar lleno de niños de 3 meses de edad en ade­lante. Perdonar a los que han mata­do 41 compatriotas, en estos días, y asesinaron a 11 chavistas, después del triunfo electoral del Presidente Maduro, en las elecciones de abril del año pasado. Perdonar a los que incendiaron universidades y parques nacionales y generaron más de 18 mil agresiones violentas contra la ciuda­danía, con daños calculados en más de 15 mil millones de dólares.
           Perdo­nar a los que pregonan: “Si quieres hacer Patria, mata a un chavista”, “Si quieres a Venezuela, mata a un cu­bano”. Perdonar a los que degollaron motorizados, atravesando guayas de acero en vías públicas, y a los que abalearon a una joven embarazada, cuando colaboraba en desmontar una barricada. Perdonar a los que siguen aupando la violencia más irracional que hemos conocido en toda nues­tra historia, quemando bibliotecas e instalaciones de salud. Perdonar, en definitiva, a quienes obedecen las ór­denes del imperio, para venderle la Patria y entregarle nuestros inmensos recursos petroleros…!
            La Iglesia Católica, emblema de la práctica del perdón desde hace dos mil años, con aquel sublime, “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, pone condiciones para que la Confesión, Sacramento de la Peniten­cia y el Perdón, tenga validez y sirva para restablecer la paz, la justicia y el amor.
            Según la Iglesia Católica, cuatro condiciones son imprescindibles para que el perdón sea efectivo, y el per­dón, perdone. Sin esos cuatro requisi­tos indispensables, el perdón es puro teatro, y no sirve para nada, incluso, ni para perdonar. Correo: chavezvive@embajadadevenezuela.org.ni

8.Conozca los  requisitos
El Perdón llega...
                Cuando uno contempla el comportamiento de los “políticos presos”, que ja­más han derramado una lágrima por sus desafue­ros, y ve el terco cinismo de los dirigentes que los apoyaron y financiaron, y que ahora exigen una amnistía, un perdón.

                Cuando la sociedad ve­nezolana lleva quince años sufriendo agresio­nes, una y otra vez, y siempre por los mismos protagonistas, que no sólo no se arrepienten, sino que traman y cons­piran para seguir gol­peando y haciendo daño a la Patria.

Confesión de boca: Se refiere al último paso del Sacramento del Perdón, la confesión expresa, el recono­cimiento y aceptación personal de la responsabilidad de los de­litos cometidos. Un ejemplo nos dio Chávez cuando asumió la responsabilidad del 4F.
 Dolor de corazón: Quie­re decir que el delincuente o pecador, el que cometió la ofensa o agredió a otra per­sona, debe sentir un profundo arrepentimiento y rechazo de lo que hizo, y que sea verdad que se le estremece el alma, cuando ve el daño y el dolor causado.
                Cuando los cínicos, “yo no fui”, “yo no sé”, “yo no estaba”, se han converti­do en la única confesión, de los autores de tantas e inicuas brutalidades y desmanes, que las aplauden y se ufanan de los atropellos cometidos.

 Satisfacción de obra: ¿Te robo tu casa, tu bici­cleta, tu vida, tus ahorros, y, con pedirte perdón, ya quedo libre y se restablece la justicia? Para que haya perdón, antes se debe reponer el daño causado y devolver lo robado.

Propósito de enmien­da: ¿De qué puede servir el perdón, si el criminal que lo pide, o para quien se pide, no tiene la disposición sincera de jamás volver a cometer el deli­to, por el que está preso o enjui­ciado?ndo ve el daño y el dolor causado.
                Cuando, quienes piden amnistía y perdón, no están dispuestos a pa­gar ni un céntimo de los daños que han causado, por miles y miles de mi­llones de dólares en pér­didas para el patrimonio de la Nación, además de las vidas que arrebata­ron a inocentes familias, y son los mismos que han retrasado los planes y misiones, con las que se busca restablecer la deuda social que debe­mos a los eternamente excluidos.

                            La AMNISTÍA, el perdón, no está en manos del Presi­dente Maduro, porque, aun­que él lo quisiera, no puede perdonar al que no se arre­piente, no puede perdonar al que está dispuesto a vol­ver a cometer los mismos crímenes, no puede per­donar a quienes robaron y destruyeron bienes ajenos, y no están dispuestos a re­sarcir el daño cometido, ni puede perdonar a quienes, atrapados con las manos en la masa, se oponen ter­camente a reconocerlo.
            Tenemos un ejemplo cer­cano en el Papa Francisco que ayer pidió perdón, en nombre de la Iglesia, por los abusos cometidos por los sacerdotes pederastas. “No queremos dar marcha atrás en lo que se refiere a este problema y a las sanciones que deben ser adoptadas, y pienso que las sanciones deben ser muy fuertes. ¡No se juega con los niños!”.
Amnistía, sin arrepentimien­to, es complicidad.

 (Jean-Guy Allard) 

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