4 de diciembre de 2006

Voces contra la globalizacion III





Último capítulo, es el tercero, emitido hasta la fecha de la serie "Voces contra la globalización (otro mundo es posible)". Faltan cuatro por emitir: el cuarto está previsto para el 3 de diciembre y el resto para enero (fecha y hora a determinar). Otra vez Abraham, propietario de la bitácora otromundoesposible, ha colgado en la web el nuevo capítulo de la serie, que está aquí a disposición de todos.

"El mundo de hoy" analiza si una sola potencia puede gobernar el mundo de acuerdo a sus intereses estratégicos, económicos y culturales. El fin del mundo bipolar, con la desaparición de la Unión Soviética, simbolizado con la caída del Muro de Berlín, no dio paso como muchos pensaban a una época más tranquila, con menos tensiones en el campo militar, en la que se pudiera abordar los grandes problemas del mundo entre el Norte y el Sur.

Muy al contrario, el siglo XX finaliza con un afán de poder desmedido y con el protagonismo de las grandes industrias multinacionales de armamentos y petróleo, en una carrera desenfrenada de dominio, conquista y control de recursos.

1 comentario:

Unknown dijo...

A raíz de la serie de documentales
"Voces contra la globalización. Otro mundo es posible. 3.-El mundo de hoy"
Y las declaraciones de Eduardo Galeano al final del reportaje.

Los antiglobalización (las personas que ponen voz a los movimientos antiglobalización) son unos ciegos con muy buenas intenciones. Y que nadie se ofenda antes de terminar esta lectura, pues yo no estoy en ninguno de los bandos.

Los antiglobalización tienen buenas intenciones, porque se dan cuenta y denuncian que el mundo no debería ser como es y denuncian y luchan por un mundo mejor. Pero son ciegos porque aún no han visto el camino que estamos invitados a recorrer.

Para ellos hay una oposición de mentalidades o de ideologías (los que defienden y los que critican la globalización), y no pueden ver más allá de una lucha ideológica (otra más, por si hubiera ya habido pocas) que deberían ganar.

No ven que el mundo, tal como es hoy, es una creación en la que ellos también han participado, aunque externamente parezca que estén luchando en sentido contrario. Se pueden permitir ese lujo. Sí, que no se engañen, ellos son también responsables, porque la Humanidad es responsable, y ellos son parte de la Humanidad. El mundo de hoy es un reflejo de nuestro interior tomado de forma colectiva, de nuestros valores, de cómo entendemos la vida. No vale decir yo y aquellos, opuestos, aquellos son de los malos, yo de los buenos. No, primero debemos asumir nuestra parte de responsabilidad.
Puede que estemos en tal posición privilegiada que no seamos los que ejecutamos (Sr. Galeano, ¡qué posición privilegiada la suya poder denunciar con la pluma y la palabra los desastres que ejecutan otros debido a nuestra mala conciencia colectiva, y ganarse además la vida con ello!), pero lo queramos o no, participamos de la conciencia colectiva humana que ha llevado al mundo a ser como es.

Primero, debemos sentirnos unidos y solidarios en nuestro extravío. Debemos darnos cuenta de que los horribles actos que vemos fuera son un reflejo de nuestro interior colectivo, en el cual nosotros tenemos una parte, grande o pequeña. Aquel que dispara el rifle, aquel que viola una niña, aquel que pone una mina, aquel que tala los bosques centenarios, responde a una parte de mí mismo que, en las circunstancias adecuadas, incluso podría llegar a manifestarse. Por eso no sirve de nada atacar lo que vemos fuera y que no nos gusta, que es como atacarnos a nosotros mismos, creando aún más conflicto y confusión, y tampoco sirve ya de casi nada denunciar una situación que, de tan manida, todo el mundo conoce.

¿Qué hacer entonces? Si la raíz del problema está en cada uno de nosotros, asumamos nuestra parte de responsabilidad en la conciencia colectiva humana, investiguemos qué es lo que existe en nuestro interior que provoca una realidad tan brutal, mirémoslo cara y cara, hablemos con ello sin miedo y sin culpa. Después miremos más allá, trascendamos nuestra limitada visión, abramos nuestra mente a un nuevo sentido de la vida para que, muriendo a lo viejo, algo nuevo pueda renacer.

Porque, antes de que empiece el camino que lleva a nuestra salvación como especie, el mayor obstáculo va a ser entender que la verdadera revolución empieza en el interior de cada ser humano, entender que transformar el mundo pasa por transformarse uno mismo, entender que, hoy, por fin, la revolución es espiritual, entender que hoy se nos invita a “nacer de nuevo”, a “iluminarnos”, a alcanzar a “Buda” o como queramos expresarlo, en función de la religión que escojamos.

Como en la película "2001, una odisea del espacio", el ser humano está destinado a dar un nuevo salto evolutivo que supondrá un renacer. Empecemos nuestra parte del trabajo cuanto antes para que sea un buen nacimiento, y no un aborto.

Y, en caso de que exista, no responsabilicemos a Dios, Sr. Galeano. Él no tiene una dirección de correo electrónico, pero no por eso deja de comunicarse. Él no ha enviado a ningún ángel para distribuir la riqueza en el mundo. ¿Aún no se ha dado cuenta de que es la Humanidad, incluidos Vd. y yo, los que la distribuimos? Asuma, Sr. Galeano, su parte de responsabilidad en este asunto, comencemos ahora nuestro viaje de transformación interior, y deje que cada uno, en este viaje, encuentre a su dios, su esencia y el sentido de su vida como Dios le dé a entender.

Rebelion

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