10 de octubre de 2013

¿Qué clase de sociedad tenemos, que hemos dejado morir a Piotr en la calle?

Hace un rato he picado en la agenda de Arquitectura y Compromiso Social. Hay convocado un acto de homenaje a Piotr Piskozub, en la puerta del Albergue Municipal de la Calle Perafán de Ribera. No tenía ni idea de quién era, sólo que era un hombre de la calle. Me vinieron varias imágenes de hombres de la calle extranjeros a los que conozco. Temía encontrar la foto de cualquiera de ellos. No me esperaba ver a un sonriente joven de 20 años junto a su novia. Imagen extraída por el periodista del perfil de facebook de Piotr. Hace dos años que ese perfil está inactivo. Alguna crisis personal lo sacó de su Polonia natal y lo trajo a dejarse morir día a día en la calle, en los bajos de República Argentina. Ahogó su vida en vino de tetra break que lo fue matando día a día. Dice el periodista que pesaba 30 Kg al morir. Ese joven sonriente, feliz junto a su novia, murió transformado en un cadáver andante propio de un campo de concentración. La noche antes de morir alguien que se apiadó de él llamó a al 061 para que lo recogieran del suelo. En el hospital no se quisieron hacer cargo y lo devolvieron al Albergue dónde murió un día después. Me ha estremecido esta historia. Hemos dejado morir a un joven por las grietas de un sistema, de una civilización que da muestras de agonía. Han fallado las instituciones y ha fallado la sociedad anónima en que nos hemos convertido. Para que esto sea impensable que ocurra tenemos que levantarnos cada día dispuestos a trabajar para cambiar el mundo, cada cual desde su lugar. (Esteban de Manuel)

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