En el siglo
XXI, si todavía estamos aquí seremos todos gentes del siglo pasado, y lo que es
bastante peor todavía, seremos gente del pasado milenio.
Aunque no podemos adivinar el tiempo que
será, sí que tenemo al menos el derecho de imaginar el que queremos que
sea. Las Naciones Unidas han proclamado extensas listas de Derechos Humanos
pero la inmensa mayoría de la Humanidad sólo tiene el derecho de ver, oír
y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar?
¿Qué tal si deliramos por un ratito? Al final del milenio vamos a clavar los
ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?
-El aire
estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las
humanas pasiones.
-En las
calles, los automóviles serán aplastados por los perros. La gente no será
manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será
comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor.
-El
televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia y será tratado
como la plancha o el lavarropas. La gente trabajará para vivir en lugar de
vivir para trabajar.
-Se
incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes
viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el
pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega.
-En ningún
país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar,
sino los que quieran cumplirlo.
-Los
economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad
de vida a la cantidad de cosas.
-Los
cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas. Los
Historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos. Los
políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas. La solemnidad
se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no
sea capaz de tomarse el pelo.
-La muerte
y el dinero perderán sus mágicos poderes y ni por defunción ni por fortuna se
convertirá el canalla en virtuoso caballero. Nadie será considerado héroe ni
tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene.
-El
mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza. Y la
industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra. La comida no
será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la
comunicación son derechos humanos.
-Nadie
morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión.
-Los niños
de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de
la calle. Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no
habrá niños ricos.
-La educación
no será el privilegio de quienes puedan pagarla y la policía no será la
maldición de quienes no puedan comprarla.
-La
justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas,
volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.
-Una mujer
negra será presidenta de Brasil y una mujer negra será presidenta de los
estados unidos de América. Una mujer india gobernará Guatemala y otra Perú.
-En
Argentina, las “locas” de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental,
porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
-La Santa
Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés y el sexto
mandamiento ordenará festejar el cuerpo.
-La Iglesia
también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la
naturaleza, de la que formas parte».
-Serán
reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma.
-Los
desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados porque ellos se
desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron por tanto buscar.
-Seremos
compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de belleza y
voluntad de justicia, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando
hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del
tiempo.
-La
perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses, Pero en este
mundo, en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como si fuera la
última y cada día como si fuera el primero.
(Eduardo Galeano)
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