3 de julio de 2006

Cómo pinchar la burbuja inmobiliaria



En un interesante y curioso artículo aparecido en Indymedia Estrecho (link) se propone una estrategia para pinchar la burbuja inmobiliaria.

Primero hace un análisis de los demandantes de vivienda, clasificándolos en tres grupos: los que de verdad necesitan una vivienda, los inversores/especuladores y los que buscan una segunda residencia. Destacando al primero de ellos como el más numeroso. ¿Es eso cierto? Posiblemente el autor minusvalora la cantidad de pequeños ahorradores que han invertido su dinero en un pisito en las afueras, para alquilarlo, revenderlo o guardarlo para cuando lleguen malos tiempos o para cuando el hijo se case.

Viene después un análisis de la realidad, de por qué ahora se dan las condiciones para pinchar la burbuja aplicando su estrategia. Parece un análisis acertado, basado esencialmente en una cierta saturación del mercado, sobre todo en el aspecto financiero debido al alza de las hipotecas.

Por último, la propuesta: si los demandantes de vivienda alquilan pero no compran, es decir, no mueven el mercado, en un plazo máximo de dos años acabará bajando el precio de la vivienda incluso en un 50%.

La principal dificultad de la acción es muy clara: poner de acuerdo a los demandantes de vivienda para que alquilen en lugar de comprar. Esta dificultad no es exclusiva del mercado inmobiliario. Teóricamente todos los individuos en el mercado libre pertenecemos al colectivo de consumidores y, en consecuencia tenemos la sartén por el mango.

La realidad es que, más que un colectivo, se trata de un conjunto de egoístas dispuestos a comprar más barato un producto venga de donde venga (deslocalización), lo haga quien lo haga (explotación laboral) y se fabrique como se fabrique (contaminación e insostenibilidad). Aquí, en el corazón del consumidor, es donde mueren las propuestas de reforma del sistema neoliberal... hasta que llegue la revolución.

Por otro lado, la propuesta no alude en absoluto a qué ocurrirá en caso de éxito. ¿Estamos los cobardes y egositas consumidores dispuestos a afrontar lo que vendrá tras la explosión de la burbuja inmobiliaria?

Si los precios bajan, la gente dejará de pagar las sobrevaloradas hipotecas, los bancos tendrán que embargar pisos y casas que valdrán mucho menos del dinero que prestaron al consumidor, el mercado bajará más, los bancos se quedarán sin efectivo... y nos encontraremos en la Argentina del corralito. El consumidor odia a los bancos pero ¿está dispuesto a matarlos?

Aún así, la actual situación en la que suben las hipotecas y sube el coste de la vida pero no los sueldos, puede hacer que, sin necesidad de poner a los consumidores de acuerdo, un mercado tan dependiente del ahorro familiar como el inmobiliario acabe estallando ¿habrán tenido en cuenta esta posibilidad los bancos a la hora de exprimir al máximo, vía hipotecas, el ahorro familiar?

Grassmann

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