12 de abril de 2010

Trabajadores pisoteados

Soy cliente de ONO y, al estropeárseme la tele el pasado sábado, llamé por teléfono a la operadora para dejar constancia de la avería. Me dijeron que en 24 horas me llamaría un técnico. En efecto: estando desayunando ayer por la mañana, me llamó el técnico y se plantó en mi casa a los cinco minutos. Repito: era ayer domingo por la mañana.

Llegó el hombre, hizo su trabajo muy rápidamente y le pregunté que cómo es que trabajaban en domingo. Sonrió sin responder. Le pregunté entonces que qué día descansaba y me dijo que no tiene ningún día de descanso. Y me explicó la situación:

ONO trabaja con una contrata, Magtel, a la que paga 30 euros por cada avería que le arregla. Al técnico que vino a casa (a todos los técnicos, quiero decir) se les exige un mínimo de diez averías arregladas para cobrar lo que le pagan: 60 euros por una jornada de entre diez y doce horas de trabajo. Repito: las diez visitas son el mínimo, no el máximo. Es decir, que si el técnico hace el mínimo, por esos diez arreglos, Magtel cobra 300 euros, le paga 60 a él y se queda 240 (como siempre, la empresa - es decir, la propietaria privada de la firma- se queda una plusvalía del 400% del trabajo de su empleado)

Pero ése no es el problema; ya sabemos que capitalismo liberal (o derecha económica) y explotación son una misma cosa. De toda la vida. El problema es que el hombre que me arregló ayer la televisión trabaja una media de unas 80 horas semanales (exactamente el doble del máximo que permite la ley, según el estatuto general de trabajadores), no descansa ningún día a la semana y, cuando le pregunté si no lo comunicaba a ningún sindicato, me explicó que Magtel les prohíbe sindicarse y los despide si se afilian a cualquier sindicato. Naturalmente, está buscando un trabajo alternativo pero, de momento, esto es lo que tiene

Obviamente, ONO conoce de sobra la situación, pero como toda gran empresa (todo gran capital) que trabaja con contratas y subcontratas, hace la vista gorda pues lo único que le interesa es la enorme cuota de beneficios (que es el espíritu del sistema capitalista, que diría el economista Sombart). ONO se enriquece, Magtel se enriquece, todas las demás compañías harán lo mismo (o algo muy parecido), supongo, y este hombre (y sus compañeros) trabajan de lunes a domingo, unas 80 horas semanales y tienen prohibido afiliarse a un sindicato, para poder llevarles el pan a sus hijos. Esto se llama flexibilización del mercado laboral (lo que defienden Aznar, su FAES, Esperanza Aguirre, el PP, la radio de los obispos, etc, etc). Ésta es la libertad del mercado capitalista; esto es el liberalismo, o el capitalismo liberal.

Al próximo que me diga que ya no hay explotación de los trabajadores y que la crítica marxista del capitalismo ya está trasnochada, le corto el cuello. O algo peor: le obligo a estar dos horas escuchando a María Patiño y Belén Esteban.

1 comentario:

Javier dijo...

Muy buena entrada, nada como un poco de "realidad" para que nos enteremos cómo funciona esto.

Rebelion

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