No deja de llamar la atención el hecho de que, en muy pocos años, en nuestros pueblos y ciudades españolas, el día de los Difuntos ha ido desplazando, el centro de la fiesta, del cementerio al carnaval. Vaya pordelante que no soy, precisamente, un defensor de la costumbre de las flores en el cementerio pero lo que señalo es otra cosa: ¿de dónde nos viene la fiesta de Hallowen, en nuestro tradicional día de los Difuntos? Pues de dónde va a ser: de USA.
Lo que es realmente preocupante es la colonización, cada vez más progresiva, de nuestra esfera cultural por otra cultura, la norteamericana, que está demostrando ser tan imperialista como su política, su economía o su ejército.
Empezamos fumando americano (Winston o Marlboro), vistiendo americano (los famosos vaqueros) y comiendo americano (en McDonalds o Burgers Kings); seguimos trabajando absolutamente todos en americano (con Microsoft), hablando la lengua del imperio (el inglés, que ya pronunciamos en americano) y consumiendo principalmente en americano (la cantidad de productos que consumimos de multinacionales norteamericanas). Y ya hemos pasado a lo más grave y peligroso: lo cultural, pues éste es el ámbito de las ideas, valores y formas de vida, en general, de un país.
Y ahí seguimos como fieles lacayos seguidores del amerycan way of life, en los divorcios, en la persecución al tabaco (que no a la contaminación de los coches, v. gr.), en el cine comercial, en la telebasura, en los niños obesos que comen hamburguesas, solos en casa, frente al TV, o al PC, o a la Play Station. Y ya la "cosa americana" nos ha traspasado el corazón, el recinto privado de los valores: somos individualistas a mansalva, nos vamos haciendo neoconservadores (empezando por la juventud), hiperconsumistas, materialistas irredentos, cada vez más racistas y más insolidarios, e incluso, participamos en guerras crueles, infames e injustas (norteamericanas, por supuesto) sin que nadie pida cuentas a nadie, antes bien, financiándolas con nuestros impuestos.
Y si quedara alguna duda, Hallowen. La siguiente será cambiar el día del Pilar por el 4 de Julio, supongo. ¿Se imaginan, amigos lectores, a los neoyorkinos celebrando una Feria de Abri len Manhattan, en su día de la independencia, o soltando toros en la Quinta Avenida? Claro que no...y es que los americanos son muy suyos pa sus cosas.
Platón
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