9 de noviembre de 2006

Tripartito, abstención y democracia

El resultado de las elecciones catalanas (independientemente del resultado y de las siglas ganadoras y/o perdedoras) nos vuelve a mostrar una realidad que a algunos nos llena de desasosiego: son tantas las lacras de esta democracia que empezamos a preguntarnos qué es lo que tiene de ella.

Y repito que lo de menos es el resultado;lo de más es que la gente vota a uno (el que sea), que gana las elecciones, y después gobierna otro (de los que pierde) a base de pactar con los que han sacado aún menos votos (matemáticamente, los que más habrían perdido); al final, la llave de la gobernabilidad la tiene el que menos votos saca (o uno de los que menos saca).

Si a eso le unimos las listas cerradas, las tremendas diferencias de recursos económicos de los partidos para pagarse la campaña (con lo que se tiende a perpetuar el bipartidismo), la tremenda desinformación e incultura política de las bases sociales, el desinterés absoluto de los partidos por formar a la sociedad; el hecho de que, gane quien gane, al final mandará el capital y gobernarán siempre las grandes empresas...

En fin, como dijo alguien: "si votar sirviera para cambiar las cosas, ya lo habrían prohibido".

Platón

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