Mientras asistimos a unas elecciones, estamos a la espera de las municipales y preparando ya las generales dentro de año y medio un chiste en la prensa puso el dedo en la llaga: “el problema de la pobreza es que cada vez da menos votos”.
O dicho de otra forma: a la mayoría de los votantes y por tanto de los políticos que les representan les importa un pimiento la pobreza real que existe en España (según un informe de Cáritas en torno a 8 millones de pobres) y sobre todo la que mantiene humillados a dos terceras partes de la humanidad. La política (el arte del bien común), los políticos y sus votantes, es decir, todos, deberíamos empujar para acabar con esta lacra inhumana y perfectamente solucionable hoy día.
Pero por lo que se ve nos interesan más la “inseguridad ciudadana”, los impuestos, las confrontaciones inútiles, etc. Y no nos enteramos de que en este aldea global o nos salvamos todos o el barco se hunde y también nos hundiremos los actualmente satisfechos.
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O dicho de otra forma: a la mayoría de los votantes y por tanto de los políticos que les representan les importa un pimiento la pobreza real que existe en España (según un informe de Cáritas en torno a 8 millones de pobres) y sobre todo la que mantiene humillados a dos terceras partes de la humanidad. La política (el arte del bien común), los políticos y sus votantes, es decir, todos, deberíamos empujar para acabar con esta lacra inhumana y perfectamente solucionable hoy día.
Pero por lo que se ve nos interesan más la “inseguridad ciudadana”, los impuestos, las confrontaciones inútiles, etc. Y no nos enteramos de que en este aldea global o nos salvamos todos o el barco se hunde y también nos hundiremos los actualmente satisfechos.
Lavoisier
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