El PP andaluz ha pedido a la Junta de Andalucía que retire una Guía Didáctica sobre el poeta jienense Caballero Bonald, dirigida a alumnos de ESO y Bachiller, en la quie se enseña la obra, la vida y las opiniones del autor sobre asuntos diversos.
¿Razón? Pues que Caballero Bonald es de izquierdas, siempre lo ha sido y jamás ha ocultado sus ideas, y vierte en dicha guía opiniones personales críticas con el principal partido de la oposición. Lo que ha olvidado mencionar el PP es que, en dicha guía, y tras sus poemas y comentarios, aparece el ejercicio dirigido al alumno: "Exponga su opinión crítica y razónela". Es decir, se busca la formación de la capacidad de análisis y crítica.
¡Es que Bonald está criticando la guerra de Irak! ¡Pues claro! Sólo faltaba que la poesía se dedicase ahora a justificar las barbaridades de Bush y su secuaz Aznar.
Desde siempre, los intelectuales y poetas han sido una luz para la sociedad, un faro crítico que alumbraba los rincones más desiertos; poetas e intelectuales han sido siempre una especie de rádar que alertaba de lo que no iba bien; han sido siempre acicates del poder, control cultural de los gobiernos. Y eso, evidentemente, tiene cariz ideológoco. ¿Cómo iba a ser si no?
Pero, ¿eliminar el estudio de un poeta porque sus opiniones son contrarias a las mías? Eso sólo tiene un nombre: censura, totalitarismo.
Es como si ahora tuviésemos que dejar de estudiar a Lorca o Antonio Machado porque eran de izquierdas, o a José María Pemán, porque era de derechas.
El PP debe reconsiderar estos "actos fallidos" (en lenguaje freudiano) que dejan al descubierto las obsesiones de su "inconsciente colectivo". Para expresar sus opiniones, intereses, manipulaciones y mentiras, ya cuenta con la COPE (la emisora de los Obispos), El Mundo, ABC, Telemadrid, etc.
Es como si ahora pidiésemos que Esperanza Aguirre quitase de Telemadrid el programa de Sánchez Dragó, porque éste es del PP. ¡Qué tontería!
¿Razón? Pues que Caballero Bonald es de izquierdas, siempre lo ha sido y jamás ha ocultado sus ideas, y vierte en dicha guía opiniones personales críticas con el principal partido de la oposición. Lo que ha olvidado mencionar el PP es que, en dicha guía, y tras sus poemas y comentarios, aparece el ejercicio dirigido al alumno: "Exponga su opinión crítica y razónela". Es decir, se busca la formación de la capacidad de análisis y crítica.
¡Es que Bonald está criticando la guerra de Irak! ¡Pues claro! Sólo faltaba que la poesía se dedicase ahora a justificar las barbaridades de Bush y su secuaz Aznar.
Desde siempre, los intelectuales y poetas han sido una luz para la sociedad, un faro crítico que alumbraba los rincones más desiertos; poetas e intelectuales han sido siempre una especie de rádar que alertaba de lo que no iba bien; han sido siempre acicates del poder, control cultural de los gobiernos. Y eso, evidentemente, tiene cariz ideológoco. ¿Cómo iba a ser si no?
Pero, ¿eliminar el estudio de un poeta porque sus opiniones son contrarias a las mías? Eso sólo tiene un nombre: censura, totalitarismo.
Es como si ahora tuviésemos que dejar de estudiar a Lorca o Antonio Machado porque eran de izquierdas, o a José María Pemán, porque era de derechas.
El PP debe reconsiderar estos "actos fallidos" (en lenguaje freudiano) que dejan al descubierto las obsesiones de su "inconsciente colectivo". Para expresar sus opiniones, intereses, manipulaciones y mentiras, ya cuenta con la COPE (la emisora de los Obispos), El Mundo, ABC, Telemadrid, etc.
Es como si ahora pidiésemos que Esperanza Aguirre quitase de Telemadrid el programa de Sánchez Dragó, porque éste es del PP. ¡Qué tontería!
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