9 de marzo de 2013

Hugo Chávez



        Me detengo en leer las páginas que El País , hoy por ejemplo (8 de marzo ),  dedica a Hugo Chávez. Y no puedo evitar la impresión de que todas ellas, de entrada con respeto y admiración, acaban dibujando una figura fanfarrona, contradictoria y excéntrica: caudillista y mesiánico, cínico populista, sin pensamiento, ambicioso infinito, descarado e impenitente, embrujador, político de espectaculares desastres , etc. y , sin embargo, hizo lo que nadie antes había hecho, encarna la ambición fundamental de la justicia social, gana fácil y democráticamente las elecciones cuatro veces,  muere en olor de multitudes, con un funeral digno de un santo.

         Es fácil rizar la pluma para decir lo que uno quiere o decir lo que otros quieren que se diga. Pero el periodismo es más  directo: observar, acumular datos,  analizar, relacionar y contar. La pregunta es cuántos de los periodistas, que de Chávez escriben, han estado en Venezuela, se han preocupado de ver el antes y el ahora, de convivir y preguntar a la gente, de escuchar llanamente al presidente, de verlo sin predeterminaciones, de  narrar obras  supermeritorias   de sus Gobiernos, logros maravillosos, que nunca aparecen en las crónicas de estos periodistas.  Y, al lado, los errores y  fallos, como sean. Menos calificativos,  menos infundadas    evaluaciones y más datos, más historia,  más paso a la realidad por  él y el pueblo  día a día recorrida  y  menos sentencias de despacho , hechas con  la artificialidad  de la distancia y del  prejuicio.

         Con Chávez, la desigualdad se ha  reducido en un 54 %;  la pobreza ha bajado  del 40 % al 7,3 %; pensionistas en la vejez han pasado de 387.000 a 3,1 millones; la educación es gratuita  desde las guarderías a la Universidad; asisten a guarderías públicas el 72 % de niños; asisten a la escuela  el 85 % de los niños en edad escolar; se crearon 10 nuevas universidades. Venezuela es el quinto país del mundo en tener proporcionalmente  más estudiantes universitarios; antes importaban el 90 % de los alimentos, ahora el 30%; cuatro millones de niños reciben  comida gratis  en las escuelas y 6.000 comedores alimentan a 900.000 personas; la mortalidad infantil ha bajado del 25 por 1000 al 13 por mil; de 18 médicos  por cada 10.000 habitantes se pasó a 58; en un  solo año construyó  250.000 viviendas  para los miles de familias que quedaron sin hogar  en 2011 a causa de las lluvias; el desempleo bajó del 11,3  %  al 7,7 %; se crearon más de 50.000 cooperativas.  La deuda pública de Venezuela es del 45 %  del PIB, la de la Unión Europea  es del 82,5 %;  el gasto social aumentó un 60,6 % (772.000 millones de dólares).   

(Benjamín Forcano. Sacerdote y teólogo moral)

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