27 de diciembre de 2009

La cultura de la muerte

Otra celebración de misa (con gastos pagados por el Ayuntamiento de Madrid) por la "defensa de la familia"... como si algo o alguien la estuviese atacando.
Una vez más, las huestes purpuradas, con ese señor de pelo blanco a la cabeza y cara de pocos amigos (y cuyo despacho, por cierto, es más lujoso y caro que el del mismo presidente del Gobierno) "denunciarán" el acoso y derribo a la familia, en esta "cultura socialista de la muerte", por medio de las leyes del aborto, del divorcio y... ¡del matrimonio gay!!!! Difícil de digerir, ¿eh?
Lo del aborto nos parece lo más controvertido (aun cuando no entendemos por qué en la era Aznar no era un ataque a la familia). Lo del divorcio, interpretamos que Rouco y sus secuaces pretenden que el matrimonio que va muy mal, y que es un mar de sufrimiento (entiéndase, malos tratos, humillaciones, engaños o, simplemente, imposibilidad de la convivencia en general), se siga manteniendo para pagar la penitencia de haber disfrutado del sexo.
Y lo del matrimonio gay como "ataque a la familia", es tan estúpido y tan de locos, que no merece ningún comentario, aunque, quizá sí, otra duda: ¿por qué le iglesia mantiene curas homosexuales y no los tolera casados? Parece ser, según me explican, que los mantienen "sólo si viven su castidad, esto es, si no disfrutan del sexo".
Quizá por eso las lacras de "cultura de la muerte" como el hambre, la guerra, la violencia de género, etc, etc, etc no se denuncian tanto como "el aborto": porque en aquéllas, el delito no procede de "haber disfrutado del sexo".
Si creen que exagero, recuerden cómo reaccionó la iglesia cuando el tan castigado y perseguido teólogo jesuita, José María Castillo, no pudiendo soportar ya más tanto cinismo, incoherencia e hipocresía en la institución, solicitó la dispensa para "tener un año de reflexión sin ejercer de cura": se le concedió dicha licencia, a condición de "que no disfrutara del sexo".
Ya en el siglo XIX, el magistral filósofo Nietzsche, denunciando las hipocresías y mentiras de la historia eclesial, ponía de manifiesto que "su moral se basa en el resentimiento (contra los que disfrutan de la vida y sus placeres -por ejemplo, el del sexo-) y en la negación del sentido de la Tierra, en su persecución de los valores que afirman la vida y la libertad" (por ejemplo, la democracia, que significa que las leyes las hace un Parlamento consultando la voluntad del pueblo, no la de los obispos). Él la llamó "moral de esclavos", aquéllos que no pueden (o no les dejan "sus pastores") elegir sus propias concepciones del bien, escoger sus propios valores, decidir su propia vida, y tienen que ser dirigidos (en sus conciencias) por el sacerdote, gendarme que vigila, especialmente, que no disfruten mucho del sexo.
Lo que predica este atajo de locos sí que es una cultura de la muerte: les molesta que la gente sea feliz. Y este gobierno (ahora con minúsculas) blandengue y cobarde (que la extrema derecha llama "laicista y masón", que ya manda h.....) les sigue permitiendo que cafreen la calle contra la democracia y, eso sí, con dinero público, como mi alcalde (socialista) permite a los tres o cuatro mil rocieros que hay en una ciudad de un millón de habitantes, que nos despierten a las seis de la mañana con sus cohetitos a la "Blanca Paloma" y nos corten las avenidas con sus carretas, para bailar sevillanas rocieras a la Virgen, mientras los sufridos conductores tenemos que tragarnos esa feria impuesta en mitad del tráfico. Y todavía dicen que "se ataca a la iglesia" (ellos, que llevan ocho años atacando al Gobierno elegido por el pueblo). Hay que tener "jeta".
Aún recuerdo el caso de una mujer negra que, en época de Juan Pablo II, teniendo DIEZ hijos, quedó embarazada del undécimo. Los médicos le habían dicho que otro embarazo ponía en serio riesgo su vida. Pero ella se negó a abortar y se puso "en las manos de Dios". Y murió en el parto. Y el papa inició su proceso de canonización, es decir, la premió.
Eso es cultura de la muerte, y no que dos personas se divorcien, o dos homosexuales de casen. Si Nietzsche levantara la cabeza... desde luego, haría maravillas describiendo a esta gente. Y Freud no digamos; bueno, éste último no tendría tiempo, en toda una eternidad, de curar a tanto neurótico reprimido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cierto, la Iglesia oficial lo tiene muy fácil para hacerse escuchar: ayuntamientos, periodistas, prensa, radio, lobbies, jerarquías endogámicas,...

No tan fácil lo tienen -o tenemos- los miles de cristianos críticos, de mente abierta, no obsesionados por cuestiones morales ni escatológicas, sino por vivir los ideales de solidaridad y fraternidad que consideramos LO CENTRAL de Jesús y el cristianismo, y deseando un mundo más justo. Somos cristianos a los que, actualmente en nuestro país, nos da vergüenza ajena admitir nuestra fe.

¿Qué medios de comunicación exponen el punto de vista de la cristiandad progresista, a parte de unos cuantos blogs y medios internos de comunicación?

La Iglesia nos exhorta a la mansedumbre, pero con trampa. Mientras unos sí pueden 'manifestarse', otros no lo hacemos, porque es 'poco cristiano sembrar la semilla de la discordia entre hermanos'.

Pues, lo siento, pero por ahí no paso. También es 'cristiano' denunciar la injusticia, incluso las que comete la Iglesia, a gritos, y es muy grave que se organicen actos de este tipo en nombre de Jesús: vergonzoso, no han entendido nada y acrecientan el odio hacia su figura y su memoria.

Un acto organizado para oponerse a la familia diversa, para negar la autodeterminación de cada mujer, para excluir a las personas, condenarlas y prejuzgarlas sin ningún tipo de compasión, no tiene nada de cristiano.

Saludos.

ENFOCA Y VENTE CONMIGO dijo...

A Jordi:
Agradeciéndote tu comentario por adelantado, quiero decirte que lo suscribo totalmente, por supuesto, y aclaro a los lectores que jamás en esta web se ha criticado a los cristianos de base (muchos en Enfoca lo son de hecho) sino a la asfixiante y totalitaria estructura eclesial, como tú dices, tan enemiga del Evangelio.
Me da a mí que somos muchos los que no nos imaginamos al Cristo condenando a los homosexuales,a los divorciados, a los de izquierdas, etc.
Un fuerte abrazo, Jordi.

Rebelion

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