3 de octubre de 2006

Del Bórico y otros ácidos



Cuando uno abre el periódico o ve el telediario, no puede por menos que sentir una gran desazón: lo de menos (casi) es observar a una oposición que lleva dos años pretendiendo abortar el "proceso de paz" o inventándose (literalmente) una trama sobre el 11M que nunca existió (lo último es que Garzón ha tenido que abrir un proceso contra dos policías por falsificar un documento relacionando a ETA con la masacre); lo de menos (casi) es observar un gobierno que parece no tener límite a la hora de conceder prebendas a las CCAA más ricas del país (con tal de mantener los pactos gubernamentales).

Lo verdaderamente preocupante es que el país (y sus relaciones con los espacios internacionales) no mejora.Pero,sobre todo, lo más desesperante es que aquellos asuntos que requerirían una mayor y mejor implicación de las instituciones políticas y de la ciudadanía, siguen recibiendo la espalda por respuesta.

Mientras casi tres cuartas partes del planeta padecen hambre y miseria, mientras el paro forzoso sigue siendo una necesidad intrínseca del capitalismo global, mientras los capitales vuelan a paraísos fiscales sin que haya gobierno alguno que les haga frente, mientras se camina con paso firme hacia la privatización de los servicios públicos, mientras ningún sistema educativo se propone formar ciudadanos al servicio de la solidaridad y la justicia, mientras los medios de comunicación se niegan a informar con objetividad y se dedican a ganar adeptos a la ideología del poder que les mantiene, mientras la investigación y la industria de armamentos sigue siendo uno de los negocios más lucrativos del planeta, cuando los muertos los pone siempre el pueblo; mientras el sistema de producción postcapitalista destroza paulatinamente el único hábitat de que disponemos los humanos; mientras siguen creciendo la desigualdad,la violencia y la injusticia... mientras ocurre todo eso, gobierno y oposición siguen enfrascados en sus luchas dialécticas a cuenta de no se qué ácido bórico.

Y lo más lamentable es que la opinión pública hace juego con esta pantomima nacional, alineándose con uno u otro bando, al tiempo que se aliena a sí misma, olvidándose de sus verdaderos problemas y de los de la humanidad.

Así las cosas, el verdaderamente peligroso no es el ácido bórico, sino todos los demás ácidos: el del hambre, el de la guerra, el de la contaminación, el del crecimiento de la desigualdad, el de la despolitización de las masas (cuya implicación política se reduce, a lo sumo, a tertulia medio burguesa de salón o barra de bar), etc.

Hablando de ácidos, me está empezando a fastidiar bastante la acidez de estómago que me produce abrir el periódico o encender el telediario.

Platón

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1 comentario:

Sólo quien ama vuela dijo...

Ya ves, quienes han sido al final procesados por falsificar el informe sobre el ácido bórico incautado a un terrorista, falso testimonio y encubrimiento, son cuatro mandos policiales, en realidad toda la cúpula de la policía científica. Muy progres y socialistas ellos.

Y respecto al ácido bórico, además de ser de por sí áltamente explosivo por simple contacto con potasio (a su vez componente frecuente de explosivos, por ejemplo en forma de cloruro potásico), aparece en muchas composiciones explosivas incluso patentadas y hasta el Gobierno de India publica en Internet un manual en el que recomienda la búsqueda de ácido bórico en los explosivos terroristas.

Rebelion

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