24 de octubre de 2012

Gestor de recortes

Una de las pancartas que más me gustó de las que le he leído al movimiento 15M venía a decir algo así:
"Quiero políticos que quieran cambiar la realidad, no gestionarla"
Muchas veces he pensado en esta frase desde entonces.
Es evidente que los políticos que acceden a administrar lo público (a cualquier nivel) se limitan a gestionar los cada vez menos recursos que tienen. Hoy esto significa aplicar los recortes, de corte (valga la redundancia) ultra neoliberal, que se imponen desde instancias superiores. Escudándose en que ellos, meros gestores, sólo pueden limitarse a aplicar la ley, gastar lo poco que tienen y, al parecer, encima hay que presuponerles buena voluntad, confiar en que van a intentar que afecte al menor número de gente posible... por supuesto sin desamparar a los más desfavorecidos (me daría la risa si no tuviera ganas de llorar).
¿Pero es este fenómeno consecuencia de la crisis? Mucho me temo que no. Es decir, fue en tiempos de "España va bien" cuando nuestros políticos priorizaron la gestión de recursos (entonces muchos) sobre la política. No olvidemos que en esta época se favoreció desde las distintas administraciones la hoy llamada burbuja inmobiliaria y la reducción de impuestos (sobre todo a las clases altas). Estas dos decisiones, justificadas por los gestores por el aumento de ingresos de la administración (al haber mayor actividad), no fueron polémicas entonces porque "España iba bien". Fue en este momento cuando el pueblo soberano decidió dejar que sus políticos se convirtieran en meros gestores. Las pocas voces que se levantaban en contra, bien se silenciaban (como a los inspectores del Banco de España) bien se encuadraban políticamente en una minoría radical anti-europeísta o anti-sistema.
Creo que estoy eludiendo la verdad al entender que los políticos dejaron de hacer política al dedicarse a gestionar la realidad. Pues ésta es también una forma de hacer política con una gran carga ideológica.
Hay partidos, los conservadores PP, CiU y PNV (por ejemplo), cuyas propuestas van encaminadas hacia un adelgazamiento de lo público en favor de una gestión privada (cuando no de una privatización) de servicios. Son los que sostienen la ineficacia de lo público frente a lo privado. Y lo siguen manteniendo a pesar de la evidencia de haber sido la avaricia de lo privado lo que nos ha llevado a esta situación. Estos partidos, sobre todo PP y CiU que ahoran están en el poder, están aprovechando la crisis para hacer su política más radical: el desmantelamiento de los servicios públicos.
Otros partidos de corte socialdemócrata, pienso en el PSOE, teóricamente están en contra de esta ideología. Pero en la práctica... pienso en los gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y yo lo tengo claro: en la práctica hacen lo mismo. Por poner un par de ejemplos:
  • No olvidemos que fue Felipe González quién agrupó toda la banca pública española en una entidad (Argentaria) que inmediatamente comenzó a privatizar hasta que, ya en tiempos de Aznar, terminó fusionándose con el BBVA (lo cual fue una gran suerte para Francisco González). ¡Qué bien nos hubiera venido ahora un banco público fuerte!
  • Tampoco olvidemos que el primer gobierno de Zapatero nunca tomó medidas dirigidas a desinflar la burbuja inmobiliaria, todo lo contrario. Ni que para el segundo gobierno, al ver venir la negada crisis, se desprendió de gente como Jesús Caldera, que sí podían haber puesto pegas a las medidas de ajuste que su gobierno empezó a aplicar.
De otros partidos como IU-Andalucía ya he hablado aquí un par de veces. Sólo quiero reafirmar mi estupor por el hecho de que Valderas esté sentado a la derecha de Griñán despidiendo empleados públicos y recortando servicios, especialmente sanidad y educación. Haciendo un difícil ejercicio de buenismo, podríamos entender el caso Valderas como un buen ejemplo de que el poder corrompe hasta el punto de creerte indispensable para conseguir que los recortes sean menos malos para intentar que afecten al menor número de gente posible... por supuesto sin desamparar a los más desfavorecidos (me daría la risa si no tuviera ganas de llorar).
Esta conversión del político (que toca poder) en gestor acrítico de los recursos públicos es probablemente la mejor expresión de la ausencia de democracia que hoy percibe la población.
Otro día hablaremos de rectores y recortes...

No hay comentarios:

Rebelion

Web Analytics